miércoles, 25 de marzo de 2009

Primavera


Angélica
Recuerdos de abril

El aire se ha estallado
en flores y suspiros
y todos los amantes
sueñan pájaros, flores
Y nidos.

En las lilas rosadas,
del florido jardín,
charlan dos pajaritos
su alboroto infantil.
Junto al rosal, dos niños
dicen diminutivos
sin fin.........

En la luz de primavera se baña el mundo,
como un baño de rosas al atardecer.

Reverdece la vida como un lilar color de crepúsculo.
Reflorece vida suave, muy suavemente,
con caricias de brisa y sol, y nubes algodonadas.

Este aroma tan tenue que nos invade el cuerpo
como una gracia suave que nos bañara el alma,
es la voz de la vida que despierta para el amor.

Las voces infantiles se hacen más infantiles
bajo la gracia ingenua de estas mañanas azules y blancas.

Las charlas amorosas se hacen más sensitivas
en la limpieza fresca de estas tardes con flores.

Las voces de los pájaros en sus vuelos rizados
tienen la gracia clara de un ingenuo empezar.

El amor se remanga sin espasmos nerviosos
debajo de los azules más azules del cielo.

Es el amor más limpio; es el amor más puro,
es el amor más niño en la gracia intangible de la primavera.

Y la pasión, ¿dónde anda cuando hay rosas carnales
y brotar de capullos con lujuria de la vida?.

Andará volando su peregrinaje
por las almas sin cuerpo.

Primavera, estación de la vida, donde pára la vida su exceso
porque tiene besos, flores y pájaros,
y sonatas del aire, rimas sentimentales.

Se pára la vida sobre cosas. Se pára el amor sobre las cosas
y se limpia de toda la escoria de los nervios en las mañanas tibias
y en los atardeceres místicos de la primavera.

Primavera, pluma de cisne que suavizas el amor.......



Enrique Galván-Duque Tamborrel
Mayo de 2002

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