domingo, 21 de septiembre de 2008

¿Estás listo?

Por: Querien Vangal

¿Cómo moriré? ¿Quizás en un accidente? ¡Dios me libre! ¿De viejo? ¿En un hospital con un cáncer galopante marchitando mis células?
¿Y tú?
Es un misterio el cómo y el cuándo moriremos, tienes razón. Lo único que conocemos con certeza es que –tarde o temprano– nuestro tic-tac del corazón se parará. Y nos encontraremos de frente a nuestro Creador para rendirle cuentas.
En esos momentos nos dará más satisfacción haber perdonado que haber partido narices, haber hecho el bien en vez del mal; haber sido obediente que habernos salido con la nuestra; habernos arrepentido que…
Ese día –el día de mi muerte y de la tuya– de nada nos servirá nuestras colecciones de revistas, de camisas, de llaveros, de discos compactos. De nada nos servirá haber ido al gimnasio y tener el cuerpo lleno músculos si no cumplimos la misión que Dios nos encomendó.
Ese día brillarán como diamantes las ocasiones en que hicimos el bien sin recibir nada a cambio, o cuando oramos con Dios, aunque no sintiéramos gorgoritos en el estómago.
La muerte será tú y mi inicio, o tú y mi final. Depende de nosotros.

viernes, 19 de septiembre de 2008

El mito, el alma, los contrastes

Por: Antero Duks

Un grupo de arqueólogos italianos anunció el hallazgo de una gruta en la que los antiguos romanos creían que una loba amamantó a Rómulo y a Remo.
"Es increíble pensar que puede haberse encontrado por fin un lugar mitológico que hoy se ha vuelto real", declaró el ministro de Cultura Francisco Rutelli al dar a conocer el descubrimiento de la gruta. Las imágenes de fotografía y de video muestran una cavidad de unos ocho metros de altura por siete y medio de diámetro.
"Hay frescos, conchas marinas, mosaicos y mármol que una vez adornaron la gruta, y en el centro del domo hay un águila blanca, que era símbolo del Imperio Romano", explicó la corresponsal de la BBC en Italia Frances Kennedy.
El sitio, a 16 metros de profundidad, está cerca de la Casa de Augusto, en la zona donde la mitología cuenta que los hermanos -hijos del dios Marte y la vestal Rhea Silvia- fundaron Roma en el año 753 ante de nuestra era.
La loba Luperca
Según el mito, cuando el padre de la vestal se dio cuenta de que su hija había violado el juramento de permanecer virgen, ordenó que Rómulo y Remo fueran abandonados en la ribera del Tíber, donde los recogió la loba Luperca y los amamantó hasta que fueron mayores.
Los hermanos terminaron peleando entre sí por la altura de los muros de la ciudad, y Rómulo mató a Remo.
El superintendente de Arqueología Angelo Bottini declaró que por fin "tenemos la certeza de que se trata de la gruta de la loba", aunque ni él ni el ministro han explicado cómo se vinculan el lugar descubierto y el sitio mitológico.
El nombre de la loba se relaciona con la fiesta de la Lupercalia, que se celebraba cada año en lo que ahora es el 15 de febrero.
Los jóvenes nobles (Luperci, nombre que se deriva de lupa, o loba) corrían de la gruta a las inmediaciones del Monte Palatino, una de las siete colinas de Roma, en un ritual de purificación.
Los sacerdotes sacrificaban un perro y dos cabras y ungían con sangre las frentes de los jóvenes, que se cubrían sólo con las pieles de los animales sacrificados y golpeaban las manos de las mujeres con tiras de piel de cabra para promover la fertilidad.
"Casi gritamos"
La cavidad fue descubierta durante los trabajos de restauración del palacio de Augusto, el primer emperador romano, aunque no se ha explorado por temor a que se venga abajo y dañe los cimientos de otras edificaciones, y los arqueólogos usaron endoscopios y otras herramientas para estudiar el sitio.
"Pueden imaginar nuestro asombro. Casi gritamos", dijo a la prensa el profesor Giorgio Croci, director del equipo de restauradores.
"Es claro que Augusto quería construir su residencia en un lugar que fuera sagrado para Roma", agregó Croci.
El Monte Palatino está cubierto con restos de palacios y monumentos que van desde el siglo VIII antes de nuestra era hasta una fortaleza medieval y villas renacentistas.
Partes del Monte que corrían el riesgo de desplomarse estuvieron cerradas durante varias décadas, aunque algunas de ellas se abrirán al público en febrero del año próximo después de un programa de restauración con valor de US$17,7 millones.
Tal vez la única voz que no se sumó al júbilo fue el ex superintendente arqueológico de Roma Adriano La Regina, quien afirmó que "no hay certeza, porque la gruta debería estar más hacia el oeste, frente al Templo de la Magna Mater y la Victoria".
Descubren cueva donde loba amamantó a Rómulo y Remo, dijo a EFE El Universal Roma, Italia Martes 20 de noviembre de 2007. Revela el Ministerio de Cultura italiano que hallaron una gruta, recubierta de mosaico y conchas, en la que al parecer los fundadores de Roma fueron criados por Luperca, el ministro de Cultura, Francesco Rutelli, ha revelado hoy, bajo el supuesto de "maravilloso descubrimiento arqueológico", el lugar donde, según la leyenda fundacional de Roma, una loba amamantó a los hermanos Rómulo y Remo.
Rutelli, que no asumió la responsabilidad de la teoría sobre la gruta sino que la atribuyó a los arqueólogos, comentó con los periodistas los detalles del hallazgo, después recogidos en un comunicado de su departamento.
El descubrimiento de un cubil recubierto de mosaico y conchas se produjo meses atrás en el curso de las obras que la Superintendencia Arqueológica de Roma lleva a cabo para acondicionar la colina del Palatino.
En la página de Internet del Ministerio de Cultura italiano se pueden ver las imágenes de la gruta, recubierta también con conchas, obtenidas a través de una cámara que se introdujo en su interior el mes de agosto pasado.
La gruta está a dieciséis metros de profundidad entre el Circo Máximo y la Casa de Augusto, justo en la Roma Imperial, y tiene un diámetro de seis metros cincuenta y tres centímetros y una altura siete metros y trece centímetros.
Sin embargo, el ministro no reveló los detalles acerca de cómo se ha hecho la vinculación entre la cueva y la madriguera de la legendaria loba.
Los gemelos Rómulo y Remo, cuyo padre era el dios Marte, fueron abandonados en el río Tíber por orden del rey Amulio, cuya hija había incumplido el mandato de virginidad que él le impuso cuando la obligó a dedicarse al culto de Vesta, según la leyenda.
Los hermanos fueron luego recogidos y amamantados por la loba Luperca y cuando crecieron fundaron Roma, de acuerdo con el mito.
Las interpretaciones de la leyenda han sido múltiples y entre ellas está la del ensayista y escritor Corrado Augias, quien en su libro I segreti di Roma sostiene que es posible que Luperca fuera una prostituta, ya que en la Roma antigua éstas recibían el nombre de lupa (loba), de donde procedería la palabra lupanar.
Ese mismo escritor advierte del peligro que se corre cuando se dan por buenas las leyendas al recordar en su libro que el fascismo eligió el nombre de "hijos de la loba" para los niños italianos que quería educar en su ideología.

"Dicen haber hallado la cueva de Rómulo y Remo"
La Nación (Argentina).Descubrimiento de arqueólogos italianos. Dicen haber hallado la cueva de Rómulo y Remo. Martes 20 de noviembre de 2007
ROMA (AP) - Un grupo de arqueólogos italianos develaron hoy el descubrimiento de una cueva subterránea, que se cree, era venerada por los antiguos romanos como el lugar donde una loba alimentó a Rómulo, el legendario fundador de la ciudad, y a su hermano gemelo Remo. Decorada con conchas marinas y mármol de diferentes colores, la cueva se halla a 16 metros de la superficie, dentro de la colina palatina, donde se hallan ruinas de un palacio que fue el centro del poder en la Roma imperial, dijeron los arqueólogos en una conferencia de prensa. Giorgio Croci, un ingeniero que trabajó en el lugar, dijo que durante los dos últimos años expertos estuvieron sondeando el lugar usando endoscopios y escáners, temiendo que la frágil cueva, que estaba parcialmente derrumbada, no sobreviviría a una excavación en gran escala. Los arqueólogos están convencidos de que encontraron el lugar donde los romanos antiguos presumían que la loba amamantó a Rómulo y Remo, los hijos de Marte, el dios de la guerra, que los abandonó en una cesta dejándolos a la deriva en el río Tíber. La leyenda. Gracias a la loba, que es hasta el día de hoy el símbolo de Roma, los gemelos sobrevivieron. Rómulo fundó la ciudad y se convirtió en el primer rey, luego de matar a Remo en una lucha por el poder, algo similar a la lucha entre dos hermanos bíblicos: Caín y Abel. Antiguos textos dicen que la cueva, conocida como la "Lupercale" -de "lupa", que en latín significa loba-- se hallaba cerca del palacio de Augusto, el primer emperador romano. Se dijo que Augusto restauró la cueva, y la decoró con un águila blanca, símbolo del poder imperial. El águila fue encontrada en la parte superior de la cueva, que se encuentra justo debajo de las ruinas del palacio construido por Augusto, dijo Irene Iacopi, arqueóloga encargada del palacio palatino y del cercano foro romano. "La Lupercale debe haber desempeñado un importante papel en la política de Augusto", dijo Iacopi a la prensa. "El se consideraba a sí mismo un nuevo Rómulo". Andrea Carandini, profesora de arqueología en la universidad La Sapienza, dijo que la cueva casi con seguridad es la "Lupercale", y en ese caso, "es uno de los más grandes descubrimientos jamás hechos".

Hay también un "ex superintendente de Cultura italiano" que, según Radio Cooperativa, niega que "el cubil descubierto sea la cueva" donde, "según la leyenda, la loba Luperca amamantó a Rómulo y Remo, fundadores de la ciudad de Roma".Y recuerdo "Los constructores", de Lila Spreafico:"Servio, Honorio, Aurelio, arquitectos de Roma, / la construyeron para que allí naciera/ un antepasado mío/ de modo que yo pudiera hoy / distraídamente escribir que sin Roma/ esta tinta no mancharía la página/ y el destino de estos papeles sería/ quizá una invitación para una muestra de pintura/ o el cálculo detallado de los gastos del mes de alguna otra persona/ o una receta homeopática que indicaría la cura a contemplar/ aunque jamás podría indicarla si Roma no existiera.""Si Roma no existiera..."...Es posible entrever lo que pasaría en América Latina en ese caso leyendo "Inmigración y literatura: los italianos", de Ana María González Rouco.El mito y el almaEl hombre primitivo se sentó un día en medio de su caverna y se puso a pensar en los extraños fenómenos del sueño (ver "Los sueños: productos automáticos de nuestra mente", de Félix Larocca). Y los comparó con los de la muerte ("No quitar la esperanza"), que él había advertido en algunos vecinos.De allí, dándole muchas vueltas al asunto -quién sabe cuántos días estuvo sentado en la oscuridad de esa cueva para llegar a esto-, concluyó que debía haber algo intermedio entre lo desconocido e invisible y el mundo de las cosas concretas, tan concretas como la carne de los animales, las tormentas, el hielo, los árboles, el sol que a veces mata con sus rayos o cocina la presa ("Los desastres naturales y sus consecuencias" de Ariadna E. Navarro y otros, de México).A eso invisible, con el tiempo y la aparición del habla lo llamó alma.La intuición (o invención) del alma dio origen a la invención (o intuición) del Mito (ver "El Mito", del colombiano Santiago Gallego).Mitos devenidos en "leyendas urbanas"Mucho se habla de leyendas urbanas actualmente ("Lecturas urbanas. Semiología y ciudad"; para lograr algún contraste, conviene leer seguidamente "El duende del bosque y la cosmovisión forestal del poblador rural amazónico").Da la impresión de que seguimos necesitando mitos, y de que los hemos adaptado a nuestra forma y mundo.Es posible que esas pequeñas (o "minimalistas") y entretenidas leyendas - por ejemplo, fantasmas en el tren subterráneo- tengan el mismo sentido para nosotros que el mito para los pueblos antiguos. Es posible que obren de igual modo en nuestra psiquis que los Mitos, que sean sus "réplicas".¿Estamos luciendo la réplica de la joya en el pecho y dejando bajo siete llaves la verdadera?Los humanos tenemos inmensas riquezas que no usamos y las ponemos a buen resguardo en el Museo (podemos ilustrar esta afirmación con la lectura, entre otros muchos trabajos sobre el tema, de "Museos de la ciudad de Quito").Al museo sólo van los que ya tienen esas riquezas.Ya conocen el arte o los testimonios científicos que se exponen y van a confirmarlos, lo que es de todos modos una suerte para quien los creó o descubrió.Aunque, tal como las riquezas cotidianas, estas otras que tienen que ver con la cultura están mal repartidas, y la curiosidad del espíritu también. ¿Por qué no les enseñamos, a todos los niños al menos, a reclamar su parte? (Podemos repasar al respecto el excelente trabajo dedicado a niños especiales y llamado "Instructores de arte", que viene desde Cuba.)Todo se educa, hasta el alma que "inventaron" los pueblos primitivos pueden educarse. Hasta el deseo de participar del festín del arte como muy respetable espectador.


"La filosofía es un tema de infinitas variaciones, en que la verdad tiene tantas facetas cuantas son las personas que la buscan o la analizan."

Limpiar la mente y el alma

Por: Querien Vangal

La sangre se arremolina en las sienes, las quijadas se aprietan con crispados nervios como queriendo morder algo que no está en la boca, las manos se comprimen formando dos puños escondidos de la vista de miradas indiscretas, como queriendo golpear lo que no tienen al alcance del brazo. Si, estoy enojado, la injusticia es demasiado burda como para ignorarla, como para simplemente dejar pasar el hecho y voltear la página.
Muchas veces vivimos momentos de extremo enojo, frente a traiciones, abusos de autoridad, hipocresías, maldades o mentiras. Pero el enojo no se va, se instala orondo en nuestro interior y nos acompaña por el resto del día, no dejando que la paz y el equilibrio interior vuelvan a ser el norte que guía nuestro caminar. Y en esos momentos, ¡que injustos podemos ser con los que nos rodean! Cuanto dolor podemos provocar en los que con absoluta inocencia se acercan a nosotros para ayudarnos o simplemente compartir un momento laboral, de familia, o de amistad.
Las más de las veces descargamos nuestras impotencias con aquellos que menos lo merecen. Esas buenas personas que nada tienen que ver con nuestro enojo son victimas de nuestros desahogos y culminan siendo el eslabón final de la cadena de frustraciones que nos llevó al estallido. ¡Que injustos que somos, que poco amor por esas sencillas almas que sólo quieren compartir y acompañarnos en los momentos malos que nos prodiga la vida!
En muchas oportunidades las victimas son las esposas cuando llega el marido a la casa, o viceversa. En otros casos son los empleados que sufren a sus jefes frustrados por problemas con sus superiores. O simplemente ese amigo que te acerca su hombro y le respondes con una ácida respuesta. Es curioso, pero las más de las veces nos desahogamos de nuestro enojo con los más débiles, los que no tienen la capacidad de responder a nuestra agresión, quizás nuestros propios pequeños hijos.
La palabra que resuena en mi mente es cobardía. ¿Cómo podemos ser tan poco cristianos como para desahogarnos de nuestros enojos descargando ataques de ira contra los que nada tienen que ver con nuestros problemas? Es una cadena de agresión, que sólo genera más y más malos sentimientos, cadena que sólo puede ser interrumpida por los lazos invisibles del amor.
Cuando tenemos esos momentos de enojo, necesitamos desahogarnos, necesitamos liberar esa presión interior que nos oprime y ensombrece. Sin demora alguna liberemos ese volcán que amenaza estallar en nuestro pecho, pero hagámoslo con amor, derramando gotas de ternura, sonrisas, comprensión. Nuestros malos sentimientos se derretirán como nieve junto al calor del hogar, no resistirán la sonrisa que nos prodiga esa alma buena que se acerca a nosotros con las manos abiertas. Luego podremos comprender qué tontos que somos cuando respondemos mal con mal, cuando alimentamos los círculos concéntricos que nos alejan del amor.
Es una virtud heroica la de aquellos que son capaces de responder al mal con bien, la de los que son capaces de frenar sus propios sentimientos de enojo y tornarlos en suaves sonrisas que derriten el mal. Virtudes heroicas las de los que derraman miel sobre un mundo con rostro de limón. La acidez de esta sociedad pide a gritos que almas heroicas la llenen de dulzura. Héroes que serán vistos como débiles quizás, pero qué bienvenidas son esas hermosas almas que iluminan el mundo, le dan un sentido puro, bueno, frente a los ríos de egoísmo e hipocresía que corren por nuestras calles. ¡Virtudes heroicas para una causa noble, la de honrar al Amor de los Amores uniendo nuestra voluntad a la Suya!

¿A dónde vas, América Latina?

Fuente: Yoinfluyo.com
Autor: Federico Müggenburg

Desde su independencia del Imperio Español y del Imperio Portugués, América Latina ha estado sujeta a la codicia, influencia y presiones de otras naciones poderosas. Los imperios competidores de España y Portugal anhelaban dominar los virreinatos de la Nueva España, de la Nueva Granada, del Perú, del Río de la Plata y del Brasil.
Con la excepción del Brasil, que mantuvo su integridad territorial en paz, los demás virreinatos se fragmentaron en una diversidad de naciones, en medio de guerras que se desarrollaron por más de una década.
El Imperio Británico, el Imperio Francés y los Estados Unidos de Norteamérica, compitieron por asumir el control y el dominio de las nuevas naciones. Las luchas fratricidas impulsadas por la insidia de sectas decimonónicas, llegaron a extremos no imaginados. ¡Algunos efectos perduran hasta nuestros días!
Con el tiempo se fue imponiendo la llamada "Doctrina Monroe", utilizando su molesto y ambiguo lema: "América para los Americanos". A finales del siglo XIX y principios del XX, poco se pudo hacer para lograr la reintegración de las fragmentadas naciones latinoamericanas.
Entre la 1ª y la 2ª Guerra Mundial se iniciaron algunos proyectos de acuerdos y/o pactos bilaterales y regionales latinoamericanos, pero esto fue más claro a partir de la primera etapa de la Guerra Fría (entre los "Acuerdos de Yalta", en 1945, y la "Crisis de los Misiles en Cuba", en 1962).
Los dos lastres que más han pesado en contra del desarrollo de América Latina son: la falta de instituciones sólidas, y el fracaso en el combate a la corrupción. A esto hay que añadir varios elementos, como son:
 La "ideologización" de los problemas, que en vez de resolverlos los agudizan y acrecientan posponiendo su solución.
 La inseminación ideológica de hegelianos y marxistas, con todas sus variantes, que dañó fatalmente a: jóvenes universitarios, jóvenes obreros, y jóvenes eclesiásticos.
 La directa injerencia soviética en Cuba, que modificó en cierto sentido la estrategia geopolítica de los norteamericanos con el proyecto de la "Alianza para el Progreso", la cual nunca pudo compararse en su alcance, profundidad y cuantía, con el formidable y exitoso "Plan Marshall", logrado en Europa.
El final de la Guerra Fría, con el derrumbe del Muro de Berlín y la desintegración de la URSS, dieron paso a la "globalización" que muy pronto fue calificada por los "ideólogos globalifóbicos" como "la llegada del mundo unipolar" y del "pensamiento único", fundado, dicen, en el "Consenso de Washington", a lo que ellos oponen ahora con "mentalidad dialéctica", el "pensamiento crítico", expresado en sus lemas: "otro mundo es posible" y "otra iglesia es posible".
En América Latina la conjunción del "castrismo tardío", con la presencia de la "nebulosa globalifóbicoaltermundista" en el "Foro Social Mundial de Porto Alegre", dio a luz el monstruo bicefálico del "nuevo socialismo del siglo XXI" y el "nuevo arrianismo el siglo XXI", al que ha venido a sumarse recientemente el "nuevo sultanismo del siglo XXI", configurado por los talibanes y ayatolas, las redes de Al Qaeda y el conglomerado "Hut" con sus figuras paradigmáticas: Bin Laden y Ahmadineyad.
Hoy día, la dirección y el control de los globalifóbicos se hace desde el "Centro Tricontinental" y el "Foro Mundial de las Alternativas", de la Universidad de Lovaina, en Bélgica, dirigidos por el Canónigo Francois Houtart; y la "Internacional Attac", con sede en París, dirigida por Bernard Cassen, Ignacio Ramonet y Jaques Nikonoff.
El "nuevo socialismo del siglo XXI" fue ideado por Ignacio Ramonet, Heinz Dieterich y Marta Harnecker, quienes lo han "troquelado" en la cabeza de Hugo Chávez. Desde que Fidel Castro lo proclamó su heredero en América Latina, y el petróleo alcanzó el precio estratosférico actual, Chávez unció a su "revolución bolivariana" a Evo Morales en Bolivia; lo intentó con Ollanta Humala y Andrés López en Perú y México (respectivamente); lo consiguió con el regreso de Daniel Ortega en Nicaragua, Rafael Correa en Ecuador, y la más reciente adquisición, del obispo renegado Fernando Lugo, en Paraguay.
Por lo que se refiere al "nuevo arrianismo del siglo XXI", la red se integra por el grupo "Amerindia" y sus destacados adalides: Jon Sobrino S.J., Frei Betto O.P., y Leonardo Bof ex O.F.M. Una obra colectiva que evidencia su posición es: "Bajar de la Cruz a los Pobres. Cristología de la Liberación".
En cuanto al "nuevo sultanismo del siglo XXI", hay que considerar los convenios y coinversiones de Ahmadineyad con Chávez en Venezuela, Ortega en Nicaragua, Morales en Bolivia, y Correa en Ecuador, más el significativo riesgo de los "custodios y garantes de la inversión, que están llegado" a América Latina.
Es menester registrar las redes de reclutamiento de los talibanes y ayatolas, operando en el Magreb y el Shael, en África, y la vida errante pero impune de Bin Laden y los activistas del partido Hut, controlados desde Indonesia.
A este cuadro hay que añadir un peligro más: el de los "socialistas democráticos" que "abandonaron" a Marx y "adoptaron en secreto" a Engels, haciéndose llamar "socialdemócratas", de entre los cuales, el modelo más completo es José Luis Rodríguez Zapatero, quien nos muestra todo su talante "engelsista" en el libro-entrevista titulado: "Madera de Zapatero. Retrato de un presidente", de Suso del Toro.
Ya se sienten los pasos de sus imitadores en América Latina, empezando por Lula da Silva, en Brasil; la Sra. Kirchner, en Argentina; y en Chile con el binomio Lagos-Bachelet. Por todo ello, es importante ajustar la pregunta inicial: ¿A dónde vas América Latina?, por: ¿A dónde te quieren llevar? O mejor: ¿A dónde quieres ir?
Para lo cuál es imprescindible también preguntar: ¿De dónde vienes? ¿Cuáles son tus raíces? Y más seriamente: ¿Estás dispuesta a refrendarlas?

martes, 9 de septiembre de 2008

¿Volverá la navidad?

Por: Querien Vangal


Si en tu buzón aparecen Christmas (tarjetas de Navidad) aderezados con hojitas de acebo, bosques nevados y cervatillos de mirada lánguida, no te alarmes; aunque no hablen para nada del nacimiento de Jesús, te aseguro que se acerca la Navidad. Y si recibes archivos informáticos con música new age y más cervatillos, sé comprensivo: la cursilería, como la gripe del pollo, es contagiosa y universal.

Aunque prediquen que esta fiesta, en el fondo, es sólo un homenaje al invierno y a la escarcha, y nos digan que hemos de cantar villancicos a la naturaleza y al milagro del turrón y del champagne; aunque pretendan que amemos a los osos y a los abetos, y las luces de las ciudades se llenen de palabras esterilizadas, sin contaminaciones religiosas; aunque inventen plegarias dirigidas a Papá Noel (y a mamá Noel, por supuesto), y los veamos llegar vestidos de rojo, arrastrados por las borrascas del Norte con un cortejo de renos, avefrías y bolitas de colores; aunque embalen en naftalina la imagen del Niño Jesús..., ten confianza: volverá la Navidad. Aunque no haya nieve en la sierra ni terminen de llenarse los embalses este año; con cambio climático o sin él, es cuestión de días: vendrá la Navidad.

Aunque ahora sean los mercaderes quienes empuñen el látigo y traten de vengarse de Jesucristo expulsándolo de su templo; aunque el Maestro haya desaparecido ya de las escuelas, del Parlamento, de la Universidad, de los quirófanos y de las UCI de los hospitales; aunque desinfecten las aulas para que no queden gérmenes cristianos en los pupitres ni en los babies de los niños, a pesar de los pesares, volverá la Navidad.

Aunque secularicen los belenes y los hagan inofensivos; aunque quieran sustituir a María, a José y al Niño por una metáfora cutre que exprese paz, tolerancia, democracia y vitamina C, al menos, digo yo, respetarán al buey y a la mula, y podremos ponernos a su lado para recordar que el Niño ha venido como todos los diciembres. Y no lograrán ahuyentar a los ángeles, que estos días revolotean sobre nosotros buscando corazones para poner el Nacimiento.

Tendremos una gran Nochebuena si dejamos que Jesús nazca. Él anda buscando una cueva, un pesebre honrado y un poco de buena voluntad. Los demás elementos del belén -la estrella, los ángeles, los Magos- corren de su cuenta. Mira a ver cómo tienes el establo de tu alma. Tal vez sirva todavía, aunque este año haya albergado a demasiadas bestias y parásitos, y parezca una pocilga. No trates de decorarlo ni de ponerle ambientador. Una mano de estropajo con el detergente infalible de la penitencia bastaría para el caso.

Mira también a los Sagrarios de las iglesias vecinas. ¿Te parecen más ricos que la Cueva de Belén? Jesús está allí de verdad, pero me temo que sigue solo. ¿Echará de menos al borrico y al buey que le acompañaron hace tantos siglos?

En 2004-2005 celebramos un año dedicado a la Eucaristía. Juan Pablo II quiso convocarlo para recordarnos que todos los días pueden ser Navidad; que Jesús sigue naciendo, a pesar de los pesares y no le importa correr riesgos como entonces, ni tener que huir de Herodes en plena noche, con tal de que los suyos no le abandonemos.

Luego, echa una ojeada a tu alrededor: los inmigrantes. Los tenemos de todos los géneros: blancos, tostados y negros; gigantescos y pequeños; legales e ilegales; honrados, como José y María, y delincuentes como Herodes; con papeles y sin papeles; con buenas y con malas intenciones. Llegaron de todos los rincones del planeta: en patera o en avión, qué más da. Algunos viajaron en el seno de su madre, como Jesús; otros, se diría que han dejado el camello en el parking de la esquina. Pero lo malo es que la posada sigue estando llena, y cuesta compartir nuestras indigestiones, aunque sea Nochebuena.

De nosotros depende que al día siguiente sea de nuevo Navidad.

Educación, ¿entendemos qué es?

Por: Querien Vangal


Generalmente cuando hablamos de educación nos quedamos con la sola idea de instrucción. Pensar esto es asimilar una parte integrante del término y olvidar los elementos que la comprenden. La instrucción es la comunicación de ideas o conocimientos, como puede ser el teorema de Pitágoras que un profesor enseña a sus alumnos. Estos contenidos se dirigen a la inteligencia; sin embargo, el hombre no es sólo inteligencia, es también voluntad y corazón, y es también un cuerpo; por eso existe también una educación de la voluntad, una educación física, etc.
¿Qué es la educación?

Desde su nacimiento el hombre necesita ser conducido por sus padres en esta enorme labor de ser hombre. Debe ser alimentado, protegido, se le debe enseñar una lengua, ciertos hábitos de comportamiento en sociedad, etc. Advertimos por tanto que el hombre no nace sino que debe perfeccionarse en el tiempo. La naturaleza humana exige ser perfeccionada, ser acabada, llegar a la plenitud. Esta plenitud, o el llegar a un grado de excelencia, es lo que los griegos llamaban areté y se puede traducir por la virtus de los latinos. Por tanto, el término virtud, que a nosotros nos suena con connotaciones morales, no tiene primariamente este sentido. Los antiguos eran conscientes de que todo ser, según su propia naturaleza, debía adquirir un grado de plenitud, de excelencia. Así, por ejemplo, un caballo virtuoso sería aquel que alcanzara mayor velocidad en la carrera, era pues un animal excelente, el mejor en el correr.

En este sentido podemos definir la educación como el desarrollo de lo humano en el hombre, la promoción de todas sus virtualidades perfectivas que están latentes en su naturaleza humana y le hacen alcanzar el estado de virtud. Últimamente se ha hecho más común emplear el término valor en lugar del de virtud. No es el caso discutir aquí si son o no equivalentes, aceptémoslos como sinónimos siempre y cuando entendamos el valor como una cualidad objetiva de los seres y no como una proyección subjetiva. Un valor debe ser algo necesario y absoluto tanto para el hombre de hoy como para el de mañana pues es un aspecto del bien.

Jerarquía de valores

¿Cómo podemos establecer una adecuada jerarquía de valores? Para que tal jerarquía no sea arbitraria debemos analizar la naturaleza humana. Descubrimos en el hombre -unidad de cuerpo y alma- tres dimensiones. La primera, relativa al cuerpo material, es la dimensión orgánica o biológica. La segunda y la tercera dimensión son relativas al alma: la dimensión racional o lógica y la dimensión moral o ética. A partir de aquí podemos discernir los tipos de valores.

Pongamos en el centro los valores intelectuales o espirituales. Éstos se mueven a la búsqueda de la verdad (valores teóricos, propio del entendimiento especulativo que ordena las ciencias) o del bien (valores prácticos) o de la belleza (valores técnicos, en cuanto que la razón técnica obra sobre la naturaleza mediante las artes, los oficios, etc.).

Ascendamos ahora en la escala de valores. ¿Qué ocurre si el hombre, en vez de trabajar sobre la naturaleza externa (la construcción de una casa, la elaboración de una pintura) obra sobre sí mismo para obtener su perfección? Es la búsqueda del bien en la propia naturaleza humana, la razón obra sobre sí misma para gobernar sus tendencias. Estamos ante los valores morales. Para cuyo ejercicio nos servimos de las virtudes morales: prudencia, justicia, fortaleza y templanza. Estando la prudencia en el ámbito del intelecto y de la voluntad, pues es virtud rectora. Un paso más en la escala nos lleva a la cima, los valores religiosos. Se completan con ellos los valores morales al toparnos con lo sobrenatural. Estos valores nacen de la apertura de la persona a Dios.

Descendamos ahora un escalón desde los valores intelectuales. Nos encontramos con el hombre que se relaciona con otros hombres. Aparecen aquí los valores sociales y políticos. Un paso más abajo nos lleva a los valores vitales, el encuentro del hombre con su vida orgánica. Y finalmente, en el último grado, hallamos la relación que tiene el hombre con las cosas materiales, es decir, los valores materiales o económicos.

Por tanto, empezando con los valores supremos, la jerarquía de valores quedaría así: religiosos, morales, intelectuales, sociales y políticos, vitales y materiales. Somos conscientes que nuestra sociedad actual ha invertido la escala de valores, ya no tienen prioridad los valores religiosos y morales. Parece que nuestro mundo prefiere los valores económicos y vitales. ¿No advertimos cómo se cultiva el cuerpo, cómo se busca la salud, como un fin, sin preocuparse de la educación moral, de la conciencia, del sentido religioso? ¿No acapara hoy la economía todas las dimensiones del hombre? Hasta se piensa que hay calidad en la educación simplemente porque se invierte mucho en ella, porque se gasta mucho dinero. Los valores materiales no son malos, el problema es que no son los primeros; uno se preocupa más por tener un buen coche o el móvil de última hora que por tener una voluntad recia o una ardiente fe para soportar el sufrimiento y las adversidades de la vida.

¿Qué hay que educar?

Efectivamente hay que educar al hombre, pero analicemos brevemente qué aspectos del hombre hay que educar. Los valores enumerados arriba están en el hombre de forma virtual, de forma latente; nos queda, pues, la tarea de suscitarlos llevando al hombre a la perfección, a su estado de virtud. Para eso está la educación. Y habrá un tipo de educación según los diversos valores: educación religiosa, moral, intelectual, técnica, sensible y física.

Habrá que educar la cabeza; es decir, la inteligencia con la doctrina, las ideas, los conocimientos de las diversas disciplinas científicas. Es importante también la educación de la sensibilidad, de los afectos, del corazón, pasando del sano amor propio al amor de los demás. La educación de la praxis va desde el conocimiento del fin hasta la ejecución pasando por la deliberación: ¿Cuál es mi fin? ¿Qué debo hacer? ¿Cómo lograrlo? Una completa educación lo es también del cuerpo, es la educación física tan valorada hoy en día. Los latinos decían que había una mente sana en un cuerpo sano, y es muy cierto; por ejemplo, el máximo rendimiento intelectual tiene mucho que ver con un organismo sano: suficientes horas de sueño, buena alimentación, etc. Por eso advertimos que un valor superior está condicionado por el que le precede. El secreto de una buena educación está en la armonía, en la auténtica adaptación de todos los valores siguiendo la jerarquía establecida según la propia naturaleza del hombre. Hay una jerarquía de valores y una jerarquía de la educación, del cumplimiento de esos valores.
Cómo educar en las virtudes o valores

El hombre antiguo, el pueblo griego en particular, lo tenía muy claro. Educaba en las virtudes mediante los personajes ejemplares. Pensemos en la Ilíada o en la Odisea, en una sociedad donde apenas hay leyes escritas los deberes se transmiten mediante modelos de forma oral. Aunque los ideales homéricos están destinados a un grupo de la sociedad muy característico, la aristocracia, me interesa señalar el medio de educación: el ejemplo. Más tarde, la tragedia griega intentará hacer lo mismo aunque a otro tipo de sociedad. De estos dos ejemplos, la épica y la tragedia, se concluye que la literatura ha sido uno de los medios más aptos para mostrar modelos y antimodelos, enseñar lo que se debe hacer y lo que se debe evitar. También la fe no tiene mejor forma de transición que el ejemplo, el testigo. Por eso la fe cristiana ha mostrado las vidas de los santos para la edificación del pueblo de Dios, presentando modelos reales de amor a Dios como para decirnos «si otros pudieran tú también puedes». Las manifestaciones artísticas son un medio apto para esta tarea, el arte, la literatura. Ahora bien, la transmisión de estos valores llega a nuestras manos gracias a una tradición.

La tradición es una herencia, es la entrega de un patrimonio de generaciones pasadas a generaciones presentes. Es decir, la tradición comunico algo, un modo de ser, una razón, un canon y una medida para el pensar y el obrar. Al fin y al cabo nos habla de Dios, origen y meta del hombre. Lo contrario a la tradición sería el nihilismo, el culto a la nada, el vacío, el escepticismo. El mundo occidental tiene una gran herencia que se está viendo atacada, una tradición que es griega, romana, judía y cristiana. La llamada crisis de los valores se refiere a esto: vivimos en una crisis del ser, de la razón y del sentido; vivimos en una sociedad que ha invertido la jerarquía de valores. Y esto se manifiesta en el arte, en la literatura y en la educación actual.

La sede principal de la educación es la familia. ¿Dónde se debería desarrollar mejor el ejemplo sino en ella? La familia es la célula originaria y principal de la sociedad. No hay institución que la preceda, la familia nace del matrimonio. Y de la familia nacen las demás instituciones: municipio, Estado, etc. A la familia compete en primer lugar la educación de los hijos y una educación en todos los niveles, aunque para algunos deba servirse de las instituciones que ofrezca el Estado, como las escuelas. Pero esta oferta de Estado no debe negar y anular la prioridad de la familia como educadora, le toca a ella por derecho natural.

No hay que olvidar tampoco la relación entre educador y educando, dos polos que se dan tanto en la familia (relación padre hijo) como en la escuela (relación maestro alumno). Nos encontramos pues una causa (educador) y un efecto (educación) siempre con la colaboración del educando. Son las personas las que educan, sólo de manera indirecta educan otros elementos como los instrumentos (bibliotecas, vídeos, etc.) o el ambiente natural y social. El educador goza de autoridad, algo que se está perdiendo en nuestra sociedad occidental. El educador tiene autoridad porque aumenta, perfecciona la vida de alguien. El educador tiene el bien y la verdad que busca el educando. Aunque esa verdad y ese bien que posee y ofrece el educador es participado por Dios, Dios la posee en grado sumo. La experiencia, propia de la mayor edad, confiera también autoridad al educador.

Nuestro principal cometido será vivir como verdaderos educadores (en la casa, en la escuela, en la catequesis, etc.), que los niños y jóvenes sobre los que tenemos influencia educadora aprendan la recta jerarquía de valores. Y enseñemos no sólo con la doctrina sino también con el ejemplo, especialmente en lo que a enseñanza religiosa se refiere.

La educación es el medio propio para que el hombre se perfecciones como hombre, se haga virtuoso, desarrolle los valores que están latentes en su naturaleza. La educación busca dar al cuerpo y al alma -como tan magistralmente lo definió Platón- toda la belleza de que son susceptibles.

Del consumismo a la austeridad

Por: Querien Vangal
I. Consumo y consumismo
1. Desde el momento que el hombre necesita bienes para su subsistencia, salud, educación, vivienda, descanso, etc., hay que concluir que resulta imprescindible la producción y el consumo de los bienes que responden a las necesidades fundamentales de la persona humana. Sería ideal, por consiguiente, que todos los poseyeran según sus necesidades y conforme a la capacidad de cada uno, en orden a su desarrollo integral, de cuerpo y alma.
Por eso, en esa línea, el gran doctor de la lglesia Santo Tomás de Aquino, en el siglo XIII, enseñó que un mínimo de bienestar es necesario para practicar la virtud. En los últimos tiempos se ha dicho, en lenguaje más directo, que no se puede hablar de Dios a estómagos vacíos. En conclusión, digamos que hay un consumo de bienes materiales útiles e indispensables ya que se trata de medios necesarios para el bienestar material y espiritual de la persona humana.
2. El consumismo es otra cosa. Con la denominada sociedad industrial aparece la multiplicación y acumulación de bienes, con frecuencia innecesarios y superfluos, cuando no ordenados con frecuencia a la ostentación y obtención de determinado "status". Entonces la persona resulta esclava de las cosas, dominada por ellas. Nada le resulta suficiente, aparece insaciable y enredada en una conjunción, a veces hasta ridícula, de vanidad y codicia, con un asfixiante trasfondo materialista. En definitiva, el paroxismo del tener cosas ahoga al ser de la persona. Los "shopping centers" y los "free-shops" de los grandes aeropuertos podrían ser como los símbolos del consumismo contemporáneo. A veces hasta aparece un aspecto ridículo como es el ofrecido sobre todo por los denominados "nuevos ricos" a quienes el lenguaje popular graficó llamándolos "piojos resucitados".
3. A este consumismo empuja la propaganda que de mil maneras atrapa a la persona y a la familia, cautivas e indefensas frente a las presentaciones y "slogans" de aquélla. Así como desde hace un tiempo se imparten lecciones de "defensa personal", habría que propiciar la enseñanza del arte de "defenderse de la propaganda".
4. Añádase a los artilugios de la propaganda los oscuros manejos de los resortes de los mercados y de la producción que someten a la gente a consumos innecesarios y hasta nocivos a veces. Convengamos en que la influencia sutil y en ocasiones asfixiante de la propaganda es una fuerza tan irracional como poderosa.
II. Austeridad de vida
5. Ella es la actitud que constituye ante todo una réplica al materialismo que subyace en las bases del consumismo. Adelantemos que, para no entrar en detalles, entendemos "austeridad" y "sobriedad" de vida como términos equivalentes. Ambos llevan implícita la afirmación de que los valores materiales no son la razón de ser de la persona humana ni el objetivo último de su existencia; son expresiones del dominio del hombre sobre las cosas en lugar de ser su esclavo.
6. No se confunda la austeridad de vida con la actitud del avaro que acumula y esconde; el avaro es, por antonomasia, esclavo de lo material. La austeridad de vida se encuadra dentro de los límites de las cosas necesarias y realmente útiles, habida cuenta de las condiciones y circunstancias de vida de una persona o de una familia y su situación en la sociedad.
7. La austeridad de vida es una exigencia ética y una virtud cristiana. Como exigencia ética obliga preferentemente a quienes están al frente de la cosa pública en sus diversos niveles y a los que en el ámbito privado están situados en planos patronales o dirigenciales. Si más no sea porque lo contrario fácilmente suscita envidias, resquemores o desigualdades irritantes, y sospechas de corrupción...
8. Como virtud cristiana la austeridad de vida es forma y expresión del espíritu de pobreza que debe ser vivida aun en los estratos económicamente más elevados de la realidad social. No está de más recordar que dicho espíritu implica humildad y caridad. HUMILDAD porque comienza por reconocer que Dios es el único por sobre todas las cosas, pleno y supremo bien, y que los hombres son administradores de los bienes recibidos, cuya administración debe redundar en bien para los demás, sin dejar de tener especial atención de los más necesitados; por eso implica
CARIDAD.
III. Egoísmo y amor
9. Si así se piensan las cosas no hay contradicción entre desarrollo, productividad, consumo y austeridad de vida. Sí hay frente a cualquier concepción o sistema que proclame que el egoísmo individual es el motor del progreso y del bien general. El denominado capitalismo salvaje está en esa línea, y sabemos bien cuántas y cuáles han sido y son sus consecuencias.
En un mensaje para la Jornada Mundial de la Paz, el Papa Juan Pablo II se expresó así: "En los países industrializados la gente está dominada hoy por el ansia frenética de poseer bienes materiales" (y en ciertas capas - añado yo - de la sociedad de países no desarrollados sucede lo mismo). "La sociedad de consumo pone todavía más de relieve la distancia que separa a ricos y pobres, y la afanosa búsqueda de bienestar impide ver las necesidades de los demás...La moderación y sencillez de vida deben llegar a ser los criterios de nuestra vida cristiana..." (NS).
10. Me permito agregar otra cita que viene a cuento; es de un ensayista francés - Patrice de Plunkett - quien acaba de escribir hace poco lo siguiente: "El materialismo marxista ha retrocedido fuera de nuestras miradas. Esta marea muy baja nos descubre una playa desierta... Librada a todos los vientos: es el materialismo occidental. Impulsados solamente por la obsesión del bienestar individual, su nada espiritual es una amenaza... No creemos más en nada, ni en nosotros, ni en nadie... El célebre ’modelo occidental’ impone a los cinco continentes la más alta tecnología y la ética más baja. De esta manera... las grandes tradiciones morales de la humanidad corren el riesgo de desaparecer asfixiadas por nuestra nada, nuestro vacío... una nación se suicida si se esconde de las grandes fuerzas éticas y religiosas de su historia". Hasta aquí las palabras de Plunkett.
11. Si el crudo liberalismo económico hace dos siglos pudo ser denominado la "revolución del egoísmo", hoy parece evidente la necesidad de abandonar la idea de que el egoísmo es el pilar básico del orden social. Esa revolución debe ser reemplazada por la "revolución del amor", la cual exige la enseñanza y difusión de una verdadera y válida escala de valores en la sociedad, la austeridad de vida, el espíritu de servicio y de solidaridad frente a toda carencia, sea ésta de naturaleza material, psicológica o espiritual, la reducción del consumo superfluo y frívolo, la idolatría del dinero y del placer, la educación en la cultura del trabajo...Menuda tarea ésta! pero, qué sociedad distinta a la de hoy configuraría una "revolución del amor"!
IV. Conceptos finales
12. Para concretar algo más estas consideraciones me permito dirigir algunas palabras a determinados grupos de creyentes sinceros.
a) A los que tienen abundantes medios materiales les digo que vivan sin ostentación y con austeridad y sobriedad; que contribuyan a disminuir las urgencias de los más necesitados; que no guarden con avaricia sus bienes y ganancias sino que inviertan para el desarrollo y crecimiento de la economía nacional y la multiplicación de puestos de trabajo. Ello revertirá en bien de la sociedad.
b) A quienes tienen lo necesario, me atrevo a pedirles que "hagan, de la necesidad, virtud", es decir que vivan serenamente la austeridad, sin angustias ni ambiciones desmedidas y colaborando solidariamente con los que menos tienen.
c) A quienes han hecho promesa o voto de pobreza evangélica o quieren vivir su espíritu, les digo que lo hagan con gozo de corazón y sintiéndose liberados del peso de las cosas materiales para manifestar más ejemplarmente la existencia y el valor de las cosas espirituales y la supremacía del amor a Dios y al prójimo.
d) A los que nada tienen no es fácil en este orden de cosas decirles una palabra oportuna y útil. Sin embargo me atrevo a expresarles mi deseo de que no caigan en la amargura, el resentimiento o la desesperación, ni se nieguen a ningún esfuerzo solidario para mejorar esperanzadamente su situación.
Saber vivir

Cuando uno se plantea este tema, el de saber vivir, lo que también muchas veces llamamos como “vivir la vida”, va a producir seguramente distintas reacciones y distintas maneras de entender esto. Para muchos vivir la vida será disfrutarla de cualquier manera y aprovechar todo lo que se pueda, ya que como decimos “la vida es corta” y hay que vivirla.
Mi reflexión en este caso viene recordando algo que leí hace ya mucho tiempo y que hacía referencia a que los seres humanos muchas veces en lugar de “dedicarnos a vivir”, estamos pendientes de “vivir mejor que los otros”, y eso quizás sea una de las causas que nos impidan conseguir la felicidad, o al menos vivir de manera “triste”.
En la vida nos está pasando como en los deportes, todo es una continua competencia donde lo que importa es solamente el vencer al otro, el estar más adelante, estamos condicionados por el “exitismo”.
En el deporte ya no vale un buen trabajo hecho, una “táctica” desarrollada, el esfuerzo con el que se han emprendido los encuentros, ya no se habla de hacer un buen juego, solidario, donde, en el caso de un equipo, cada uno aporta lo suyo y nos sentimos bien de haberlo hecho, de “haber dejado todo” todo como se dice, sino que vale, si salí más adelante que el rival, si le gané, si soy mejor que el otro en los resultados.
Quizás en el deporte, la frase de “lo importante es competir” ya no tenga sentido, lo malo es cuando esto lo trasladamos a la vida.
Cuando estamos más pendientes de vivir mejor que el vecino, y no de vivir bien, colmando nuestras expectativas y necesidades. No, tenemos que tener y ser más que el otro.
Cuando “envidiamos” lo que tiene el otro, y no disfrutamos en serio lo que tenemos nosotros.
Siempre estamos anhelando lo que no tenemos, o mejor dicho, lo que tiene o ha logrado el otro, y así nunca vamos a encontrar la felicidad, nunca sabremos vivir, creemos que nunca seremos felices porque siempre estamos pensando en lo que me falta, que muchas veces es lo que si tiene el otro, y no me doy cuenta de que puedo gozar y ser feliz con lo que tengo.
No sé si de verdad aspiramos a ser felices, o a llegar a la felicidad antes y por mejores caminos y resultados que los otros, entonces ya nos convertimos en “competidores” de la vida, donde no nos interesa tanto llegar a la meta, sino ser los mejores y más rápido que los demás, cuando en realidad en la vida interesa e importa que sepamos vivirla, valorando lo que tenemos y lograr nuestro desarrollo, logrando llegar a nuestras metas, y no tanto en comparación con los demás.
La verdadera felicidad consiste en saber disfrutar de lo que tenemos y no pasarnos la vida angustiados por lo que me falta, y el otro tiene, pensando que la mejor riqueza que tengo es justamente lo que tengo, lo que voy logrando con esfuerzo, sin compararme con los demás, y de esta manera sí llenarnos de felicidad y saber “vivir la vida”.

La fe mueve montañas

Por: Querien Vangal


Siempre que tuviste fe como un grano de mostaza, se realizaron las cosas. Tuviste que adiestrarte en el arte de creer lo imposible. La corta experiencia adquirida te lanza a creer con fuerza aun mayor en el porvenir. La fe funciona.
Debes aplicar esta fe curativa a tus enfermedades del cuerpo y del alma, para sentirte sano.
Debes lanzar tu fe como catapulta contra tus temores y problemas hasta pulverizarlos.
Debes creer en tus metas, creer en tu santidad, creer en tu nada unida a Cristo. Busca sorpresas, revoluciones dentro de ti y a tu alrededor. Aplasta tus pensamientos viejos, todos los ‘no sé’, ‘no puedo’, ‘es imposible’ con el mazo de tu nueva fe.
Está por comenzar un nuevo día con sus problemas, incógnitas y retos; los temores viejos andan inquietos, se agarran a la presa y no la quieren soltar, pero la fe es más fuerte que el miedo.
Si crees en la fe, un día no muy lejano te verás libre de viejas cadenas que nunca pensaste superar. El hombre nuevo abre brecha en tu espíritu con fuerza imbatible; cree en ese hombre nuevo que está emergiendo de las cenizas.
La fe mueve montañas, pero sólo las que uno se atreve a mover.

Mandamientos de un niño a sus padres

Por: Querien Vangal



1.- Mis manos son pequeñas, por favor no esperes perfección cuando tiendo la cama, hago un dibujo o lanzo la pelota. Mis piernas son pequeñas, por favor camina más lento para que pueda ir junto a ti.

2.- Mis ojos no han visto el mundo como tú lo has visto, por favor, déjame explorarlo, no me limites innecesariamente.
3- El trabajo siempre estará allí. Yo seré pequeño sólo por un corto tiempo, por favor, tómate un tiempo para explicarme las cosas maravillosas de este mundo y hazlo con alegría.
4- Mis sentimientos son frágiles, por favor está pendiente de mis necesidades. No me retes todo el día (a ti no te gustaría ser retado por ser tan duro). Trátame como te gustaría a ti ser tratado.
5- Soy un regalo especial de Dios, por favor atesórame como Dios quiso que lo hicieras, respetando mis acciones, dándome principios y valores con los cuales vivir y enseñándome amorosamente.
6- Necesito tu apoyo y tu entusiasmo, no tus críticas, para crecer. Por favor, no seas tan estricto, recuerda, puedes criticar las cosas que hago sin criticarme a mí.
7- Por favor, dame libertad para tomar decisiones propias. Permite que me equivoque, para que pueda aprender de mis errores. Así algún día estaré preparado para tomar las decisiones que la vida requiere de mí.
8- Por favor, no hagas todo por mí. De alguna forma eso me hace sentir que mis esfuerzos no cumplieron con tus expectativas. Yo sé que es difícil, pero deja de compararme con mi hermano o hermana.
9- No temas alejarte de mí por un tiempito. Los niños necesitamos vacaciones de los padres, así como los padres necesitan vacaciones de sus hijos.
10- Llévame a la iglesia o dame ejemplos de vida espiritual. Yo disfruto aprendiendo.

domingo, 7 de septiembre de 2008

Vivir con la muerte

Por: Querien Vangal
Hay quienes sufren cada vez que viajan en carretera o en avión. En esos momentos se sienten sumamente frágiles, vulnerables. Basta un pinchazo en una rueda, un golpe de sueño, una avería en los motores, y cambia toda una existencia, o llega, inesperada, la temida muerte.
Estos temores pueden crear angustias patológicas, pero bien aprovechados pueden ayudarnos a recordar lo frágil que es la vida humana.
Basta un hueso en la garganta, un golpe de aire frío tras un partido de fútbol, un resbalón en la escalera, una teja que se desprenda desde el techo, para que los proyectos más elevados, los sueños más queridos, queden encerrados en uncuerpo que otros miran llenos de compasión y de nostalgia.
Es bueno hacer, con cierta frecuencia, un sencillo, un breve ejercicio:
Pensar en la muerte, en mi muerte. Quizá cuando me acuesto, en esos momentos en los que recordamos las aventuras del día o programamos lo que será el mañana, podemos pensar: ¿y si fuese mi última noche?
No podemos hacer esta reflexión solos, como si nadie nos amase. Nuestra vida interesa a tantas personas, algunas que conocemos, otras que nos necesitan y nos esperan sin que quizá nos demos cuenta. Interesa, de modo especial, a Dios, que sueña en vernos felices, en que seamos buenos, en que le amemos y que amemos al hermano.
Pensar en la muerte ante los ojos de Dios. Su mirada, esta noche, es más profunda, más intensa. Me ve. ¿Cómo me siento ante su amor, su misericordia, su respeto? Me dio la vida sin pedirla, me ha mantenido en ella en esa caída aparatosa, en esas fiebres desconocidas, en esa curva inesperada que puso a prueba nuestros reflejos. Me ha dado los años que puedo contar hasta este momento, con las oportunidades de dar, con las invitaciones a servir, con las caricias que me brindó a través de las manos de mis padres, con la ayuda que me ofreció con ese amigo fiel que me sacó de apuros.
El sueño va cerrando los párpados. La habitación, a oscuras, susurra silencios imprevistos. Tal vez, sobre mi frente, se posarán unos labios para desearme buenas noches.
Todo termina. Si Dios quiere, pronto nos veremos, me dirá lo mucho que me quiso, me abrazará como el Padre que espera al hijo que más de una vez se alejó de casa entristecido.
Quizá todo termine... O quizá, de repente, suene la alarma y salte la luz del techo. Inicia un nuevo día. Dios me da 24 horas para darle gracias y para prepararme a su encuentro.

Servir a mi patria a través de los negocios

Por: Enrique Galván-Duque Tamborrel


MI JURAMENTO PROFESIONAL



Como Ingeniero Civil, me propongo:

I.- Apreciar la dignidad de mi profesión que me proporciona no solamente los medios naturales de lucro y la ocasión de manifestar mis cualidades, sino también la ocasión de servir a la sociedad.

II.- Mantener la dignidad de mi ocupación, aceptando y esforzándome por elevar las normas corrientes de mi profesión y la eliminación de prácticas dudosas.

III.- Sostener que el éxito de mi profesión es una ambición digna cuando es el resultado de mis esfuerzos por ser útil a la sociedad. Considerar que el verdadero éxito no puede derivarse del abuso de los privilegios y la confianza, ni de aprovecharse de los escrúpulos de las ocasiones de obtener lucros u honores.

IV.- Reconocer que las transacciones, regidas por sanos principios comerciales y ejercicio correcto profesional, deben dejar satisfechos a todas las partes interesadas, considerando que toda transacción me proporciona la oportunidad de servir aún más allá de los estrictos limites marcados por el deber y la obligación.

Ser profesional

Por: Antero Duks


A medida que avanzamos en el siglo XXI, adquirimos una mayor conciencia de la vertiginosa velocidad a la que tenemos que movernos y de las consecuencias que ello trae para nuestra vida personal y profesional. Las nuevas tecnologías, los grandes avances en el campo de las telecomunicaciones y los alcances de la ciencia van más allá del tiempo que tenemos para ponernos al día en la necesidad de alcanzar una mayor universalidad en nuestros conocimientos.
Hoy en día existen miles de opciones para que todos los seres humanos logren alcanzar el nivel profesional. Se calcula que la persona promedio se desempeñará en cinco o seis profesiones distintas y que podrá desempeñarse mejor, dada la universalidad de sus conocimientos. Sin embargo, las grandes corporaciones lo que buscan en la actualidad es retener a los ejecutivos que cuenten con más experiencia y que posean valores como la motivación, el liderazgo y la visión, porque son los valores que aportan más a las empresas.
Los intereses del ser humano, a nivel profesional, van desde llevar a cabo los objetivos y actividades de su trabajo de la forma más efectiva, hasta materializar aquellas metas que le traigan satisfacción en su empresa, trabajo u oficio, tratando siempre de identificar aquellas oportunidades que le permitan desarrollar o adquirir nuevas habilidades profesionales.
Nuestro ser profesional es aquella parte de esa gran maquinaria interna llamada mente subconsciente, que en ocasiones parece dominar una gran porción de nuestra vida, haciéndonos ignorar, y hasta olvidar otros aspectos importantes de nuestro ser.
Es importante oír a ese ser profesional; pero es igualmente importante dejarle saber que no es el único aspecto de valor que hay en su vida. Si bien es cierto que esta última década estuvo marcada por un exceso de preocupación por las metas profesionales, debido, en parte, por los grandes avances tecnológicos y el incremento en la competitividad empresarial a nivel mundial, también es cierto que esto llevó a muchas empresas a reducir drásticamente su personal, poniendo a las personas a la defensiva. De las cenizas de este cambio global salió un profesional más estructurado y consciente de los demás papeles que debe asumir en su vida.
Vivimos en una era donde la posesión del conocimiento y la información correcta en el momento oportuno, permiten tomar decisiones con rapidez, en forma acertada, y determinan, en gran medida, el éxito personal y profesional. Todos y cada uno de nosotros tiene más control del que cree sobre aquellos aspectos que afectan su vida profesional.

Aspectos como:
• Determinar cuál es el campo de acción donde realmente deseamos incursionar profesionalmente y qué actitudes vamos a asumir para lograrlo.
• Desarrollar un programa personal de educación y actualización profesional para que siempre estemos a la vanguardia de lo que acontece en nuestro campo de interés y evitar así convertirnos en profesionales obsoletos.
• Evaluar constantemente nuestras metas financieras y determinar cuánto dinero queremos y podemos ganar cada año.
Inicia un plan de acción. No permitas que se quede en buenas intenciones. Finalmente eres tu quien construyes tu presente y quien visualizas tu futuro profesional.

¿Se puede fabricar el espíritu navideño?

Por: Antero Duks


¿Alguna vez te has preguntado porque en Navidad se siente un ambiente lleno de amor y fraternidad?.
Cuando millones de personas están en el mismo canal o frecuencia energética, la energía se emana y se proyecta hacia el exterior, formando un ambiente de la misma calidad del pensamiento de estos millones de personas. Como energía entendemos nuestros sentimientos, nuestros pensamientos, nuestras emociones, actitudes, etc. Si la gente piensa en amor, perdón y unidad, este será el ambiente que se proyecte y el que percibiremos. Esto es lo que llamábamos el "espíritu navideño". Es la energía de millones de personas, proyectada al exterior, la cual percibimos y a su vez nos contagia multiplicando la energía que sentimos.
Pero... ¿Dónde esta el espíritu Navideño hoy en día? Parece que se nos va escapando... a pesar de tener la capacidad de crearla, y no solo eso, también tenemos la capacidad de prolongarla en tiempo y extensión, ya que este sentimiento no pertenece solo a la Navidad. El amor, el perdón y la fraternidad debieran ser la esencia del mundo, y debieran estar presentes en nosotros todos los días, es el mensaje primordial de Jesús ¿no es así?.
Si la emanación de energía es lo que crea el ambiente ¿Qué pasaría, si esta conexión pudiéramos lograrla y mantenerla más allá del día de Navidad?... Sucedería que el espíritu navideño se prolongaría y viviríamos todo el año ¡como si fuera navidad! ¿Imposible? No... no es imposible. Hace falta unidad, lleva tiempo lograrlo y es una labor que corresponde a cada uno de forma individual, pero... valdría la pena ¿no crees?.
Hoy en día hay mucha gente que como tú, busca la esencia de la vida misma y busca su propia transformación. Cada persona que cambia algo negativo en si, y se transforma desde el lugar donde está, colabora también a la transformación del planeta.
El nacimiento de lo nuevo, se da siempre como en un proceso de parto, se sufre de dolor antes de nacer "la luz", ese es el tiempo de nuestra Era, hay choques extremos, mientras mucha gente lee libros de espiritualidad o de superación personal, hay otra parte organizando guerras o formando parte de la delincuencia, estamos viviendo la última lucha entre el bien y el mal, donde todos conocemos el final, por ley natural, el bien poblará el planeta en un futuro cercano. Por esta razón, no está lejos el día en que la transformación esté dada, no está lejos el día en que vivamos todo el año, como si siempre fuera Navidad.


Reir llorando

Autor Anónimo

Viendo a David Garrik (1717-1779) -actor de la Inglaterra-, el pueblo al aplaudirlo le decía: "Eres el más gracioso de la tierra y el más feliz..." Y el cómico reía.
Víctimas del mal humos, los altos lores, en sus noches más negras y pesadas, iban a ver al rey de los actores y cambiaban su mal humor en carcajadas.
Una vez, ante un médico famoso llegose un hombre de mirar sombrío: Sufro, le dijo, un mal tan espantoso, como esta palidez del rostro mío. Nada me causa encanto ni atractivo; no me importan mi nombre ni mi suerte; en un eterno mal humor estoy muriendo vivo y es mi única pasión la de la muerte.
-- Viajad y os distraeréis.
-- ¡Tanto he viajado!
-- Las lecturas buscad.
-- ¡Tanto he leído!
-- Que os ame una mujer.
-- ¡Si soy amado!
--Un título adquirid.
-- ¡Noble he nacido!
-- ¿Pobre seréis quizá?
-- Tengo riquezas.
-- ¿De lisonjas gustáis?
-- Mis tristezas.
-- ¿Vais a los cementerios?
-- Mucho... mucho...
-- De vuestra vida actual ¿tenéis testigos?
-- Sí, mas no dejo que me impongan yugos. Yo les llamo a los muertos: mis amigos, y llamo a los vivos: mis verdugos.
Me deja --agrega el médico-- perplejo vuestro mal, y no debe acobardaros;
-- Tomad hoy por receta este consejo: "Sólo viendo a David Garrik podréis curaros".
-- ¿A David Garrik?
-- Sí, a David Garrik... La más remisa y austera sociedad le busca ansiosa, todo aquel que lo ve muere de risa; tiene una gracia artística asombrosa!
-- ¿Y a mí me hará reír?
-- Ah! sí, os lo juro. El sí; nada más él; más... ¿qué os inquieta?
-- Así --dijo el enfermo--, no me curo:
-- ¡Yo soy David Garrik!... ¡Cambiadme la receta!!
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Cuántos hay que, cansados de la vida, enfermos de pesar, muertos de tedio, hacen reír como el actor suicida, sin encontrar para su mal remedio!
¡Ay! Cuántas veces al reír se llora!. Nadie en lo alegre de la risa fíe, porque en los seres que el dolor devora, el alma llora cuando el rostro ríe!
Si se muere la fe, si huye la calma, si sólo abrojos nuestra planta pisa, lanza a la faz la tempestad del alma un relámpago triste: la sonrisa.
El carnaval del mundo engaña tanto, que las vidas son breves mascaradas; aquí aprendemos a reír con llanto, y también a llorar con carcajadas.
Juan de Dios Peza (1852-1910)

Pasión por alcanzar objetivos

por: Querien Vangal


La dedicación de los líderes de todos los tiempos para el logro de sus objetivos es casi obsesiva, pues tienen una clara definición de lo que quieren y a pesar de la turbulencia y los obstáculos mantienen una firme determinación hasta alcanzarlos.

La razón de que los deportes ejerzan tanta atracción y motivación a las personas es que en todos hay marcas que lograr. Así, por ejemplo, el golfista compite con el par de campo, con sus compañeros y con él mismo, en cada hoyo le marcan el objetivo deseado y visualiza los obstáculos a vencer.

En materia de liderazgo hay que entender que "triunfar no es lo más importante, es lo único", como anotaba Alejandro Dumas: "Nada triunfa como el triunfo". Ganar en cualquier actividad que se realice depende básicamente de una consagración absoluta a una meta bien definida. Se critica a menudo al ejecutivo que logra triunfar. Sin embargo, a través de la historia, los seres humanos que pudieron destacar, en cualquier campo ya sea en las artes, medicina o los negocios, fue porque tuvieron una apasionante entrega en lo que hacían.

Así, la vida no puede dividirse en algo tan simple como trabajar y descansar; el ser humano obsesionado por alcanzar una meta, aun cuando se aleje momentáneamente de su actividad principal inconscientemente, seguirá buscando las respuestas adecuadas a los desafíos que enfrenta. Si usted se plantea sus objetivos por escrito para alcanzar cualquier cosa en su vida y los pone en lugar visible para que todos los días obligatoriamente tenga que leerlos, en su mente irá ocupando un espacio prioritario y llegará el momento inevitable en que los logrará.

Atrévase a realizar la siguiente práctica por roles: trabajo, familiar, pareja, social y personal; señálese un solo objetivo a lograr los próximos 12 meses, escríbalos en cinco tarjetas, una para cada rol y cada vez que entre en contacto con cada una de las áreas especificadas (trabajo, familia, social, pareja y personal), reléalas y prográmese en lograr la meta deseada. Le sorprenderá la velocidad con la que va a avanzar y cuando se enfrente a obstáculos vuelva a leerlos, le aseguro que el camino no será por ese simple hecho más fácil pero sí, menos difícil.

La administración por objetivos que desarrolló originalmente Peter Drucker ha tenido serios obstáculos como lo demuestra un estudio reciente de la revista Fortune que mostró que menos del 10% han encontrado un alto éxito en la utilización de esta técnica y la razón fundamental es por las distracciones y obstáculos que obligan a los ejecutivos a apartarse de sus planes originales.

Por supuesto, para justificar su fracaso en alcanzar las metas señaladas, los ejecutivos en cuestión se escudan en los imprevistos, pero si estuvieran obsesionados del resultado a lograr detonarían todo su potencial creativo y lo lograrían a pesar de las dificultades.

Lo que hay que incrementar en nuestros actuales líderes es la habilidad para manejar las distracciones y aumentar su motivación para alcanzar los objetivos. Es real la excusa de no lograr lo señalado por falta de recursos, pero hay que tomar en cuenta que éstos no se obtienen por la vía formal de una organización, sino hay que recurrir a la persuasión, la ayuda mutua y la negociación para lograr lo deseado; se requiere la inteligencia social para tener éxito, ésta es la habilidad de lograr la cooperación y la buena voluntad de la gente.

Difícilmente se puede lograr algo basado únicamente en la autoridad, al menos algo que requiera alta calidad. En consecuencia, el ejecutivo que confíe ciegamente que todo lo va a lograr con base en la estructura de una organización formal (el debe ser), sin tomar en cuenta la interdependencia y la buena voluntad de la gente, seguramente fallará.

El tren de la vida

Por: Antero Duks


Un día, lleno de luz y brillo, leía un libro que comparaba la vida con un viaje en tren. Era una metáfora extremadamente interesante ya que interpretaba correctamente lo que quería expresar.

Ella decía algo así como las siguientes humildes palabras:

Nuestra vida es como un viaje en tren, llena de embarques y desembarques, de pequeños accidentes en el camino, de sorpresas agradables, de alertas falsas y verdaderas, con algunas subidas y bajadas tristes, con subidas y bajadas de alegría. Cuando nacemos y subimos al tren, encontramos dos personas queridas, nuestros padres, que nos harán conocer el “Gran” viaje hasta alguna parte del camino.

Lamentablemente, ellos en alguna estación se bajarán para no volver a subir más. Quedaremos huérfanos de su cariño, protección y afecto. Pero a pesar de esto, nuestro viaje continuará. Conoceremos a otras interesantes personas, durante la larga travesía. Subirán nuestros hermanos, amigos y amores. Muchos de ellos sólo realizarán un corto paseo, otros estarán siempre a nuestro lado compartiendo alegrías y tristezas.

En el tren también viajarán personas que andarán de vagón en vagón para ayudar a quien lo necesite. Muchos se bajarán y dejarán recuerdos imborrables. Otros en cambio viajarán ocupando asientos, sin que nadie perciba que están allí sentados. Es curioso ver como algunos pasajeros a los que queremos, prefieren sentarse alejados de nosotros, en otros vagones. Eso nos obliga a realizar el viaje separados de ellos. Pero eso no nos impedirá, con alguna dificultad, acercarnos a ellos. Lo difícil es aceptar que a pesar de estar cerca, no podremos sentarnos juntos, pues muchas veces otras son las personas que los acompañan.

Este viaje es así, lleno de atropellos, sueños, fantasías, esperas, llegadas y partidas. Sabemos que este tren sólo realiza un viaje: el de ida. Tratemos, entonces de viajar lo mejor posible, intentando tener una buena relación con todos los pasajeros, procurando lo mejor de cada uno de ellos, recordando siempre que, en algún momento del viaje alguien puede perder sus fuerzas y deberemos entender eso. A nosotros también nos ocurrirá lo mismo seguramente. Alguien nos entenderá y ayudará.
El gran misterio de este viaje es que no sabemos en cual estación nos tocará descender. Pero creo que será hermoso ver continuar el camino de mis hijos. Separarme del amor a la vida será algo doloroso, pero tengo la esperanza de que en algún momento nos volvamos a encontrar en la estación principal y tendré la emoción de verlos llegar con mucha más experiencia de la que tenían al iniciar el viaje. Seré feliz al pensar que en algo pude colaborar para que ellos hayan crecido como buenas personas.

Ahora, en este momento, el tren disminuye la velocidad para que suban y bajen personas. Mi emoción aumenta a medida que el tren va parando. ¿Quién subirá?, ¿Quién será?. Me gustaría que USTED pensase que, desembarcar del tren, no es sólo una representación del término de una historia que dos personas construyeron. Estoy feliz de ver como ciertas personas, como nosotros, tienen la capacidad de reconstruir para volver a empezar; y eso es señal de lucha y garra. Saber vivir es poder obtener lo mejor de todos los pasajeros.

Agradezco a DIOS porque estemos realizando este viaje juntos y a pesar de que nuestros asientos no estén juntos, con seguridad el vagón es el mismo.

jueves, 4 de septiembre de 2008

El Concilio que preparó a la Iglesia para el nuevo milenio

Fuente: Yoinfluyo.com
Autor: Fernando Sánchez Argomedo


1959 fue un año crucial para la historia mundial. El 1 de enero triunfó la Revolución cubana, tomando Castro el poder; el presidente de Estados Unidos era Dwight David Eisenhower, y el de México, Adolfo López Mateos. En marzo se puso en órbita el primer satélite alrededor del sol, y el 4 de octubre se obtuvieron las primeras fotografías de la cara oculta de la luna. El 20 de noviembre se firmó la Declaración de los Derechos del Niño en la ONU, y el 1 de diciembre se creó el BID.
En medio de este panorama internacional, el 25 de enero, el Papa Juan XXIII, quien había sido elegido Papa tres meses antes y a la edad de 77 años, anunció un nuevo Concilio: el Concilio Vaticano II.
Pío XII encabezó un papado largo e importante que ha sido calificado como heróico y místico en
medio de los terribles años de la Segunda Guerra Mundial. Fue un Papa que se opuso a cualquier
forma de totalitarismo, y que durante la guerra mantuvo un exquisito neutralismo entre los
beligerantes para conservar a la Iglesia al margen de la guerra.
Después de la guerra, advirtió a los católicos que cualquiera que apoyase al comunismo quedaría
excomulgado. También instó a la clemencia y al perdón a quienes participaron en la guerra,
incluyendo a los criminales de la misma. En el ámbito de la doctrina, en 1950 promulgó la Asunción de la Virgen como dogma de fe, y escribió la encíclica Fidei donum en la cual invita a reactivar el espíritu misionero, especialmente en África.
EL ANTECESOR DE JUAN XXIII
Frente a un papa político y extremadamente culto, la llegada de Juan XXIII, de 77 años, al papado fue vista como una transición en la Iglesia.
La vida de la Iglesia estaba muy encerrada y atrincherada, con una mentalidad eurocéntrica, y un centralismo "romano". Había factores internos y externos que exigían de la Iglesia una renovación:
1. Los elementos internos eran el renacimiento de los estudios bíblicos en los años treinta, y la renovación catequística y litúrgica que la Acción Católica difundía en múltiples países, así como el nuevo espíritu misionero que el mismo Pío XII había impulsado. A lo largo de los años 1950, la investigación teológica y bíblica católica había empezado a apartarse del neoescolasticismo y el literalismo bíblico que la reacción al modernismo había impuesto desde el Concilio Vaticano I.
Esta evolución puede apreciarse en teólogos como los jesuitas Karl Rahner o John Courtney Murray, que se habían venido esforzando por integrar la experiencia humana moderna con el dogma cristiano, así como en otros como Yves Congar, Joseph Ratzinger (ahora Papa con el nombre Benedicto XVI) y Henri de Lubac que buscaban lo que veían como una comprensión más ajustada de la Escritura y de los Santos Padres, un retorno a las fuentes (ressourcement) y una actualización (aggiornamento).
2. Los elementos externos eran la reconstrucción europea después de la Segunda Guerra Mundial, el surgimiento de los dos grandes bloques a nivel mundial, la guerra fría, el armamentismo que comenzó a proliferar, la escasez de recursos en los países pobres, el neo colonialismo y el racismo, así como la explotación del tercer mundo. Al mismo tiempo, los obispos de todo el mundo venían afrontando tremendos desafíos asociados al cambio político, social, económico y tecnológico. Algunos de ellos aspiraban a formas nuevas de responder a esos cambios.
Hubo quien se desconcertó con estos antecedentes cuando Juan XXIII, quien había sido un humilde campesino, sorprendió a propios y extraños al lanzar una idea que él definía como "una flor espontánea de una primavera inesperada" y como "un rayo de luz celestial": convocó al
Concilio Vaticano II.
En su oración para preparar el Concilio, el Papa Bueno hablaba con acierto de "un Nuevo
Pentecostés". No debía ser un concilio para combatir algún error doctrinal o alguna ideología
anticristiana, debería ser un concilio de diálogo, de apertura, de reconciliación y de unidad. Por eso el título de "ecuménico", pero su apertura se extenderá mucho más allá de las Iglesias cristianas, llegando a interpelar, como era costumbre del Papa Bueno, a todos los hombres de buena voluntad.
«Quiero abrir las ventanas de la Iglesia para que podamos ver hacia afuera y los fieles puedan ver hacia el interior».
La mañana del 11 de octubre de 1962 se inauguraron los trabajos del Concilio Vaticano II con la
asistencia de dos mil 500 obispos. Muchos detractores pertenecientes a la curia habían preparado con desprecio la sesión, con un orden del día maratónico, con un listado de temas doctrinales que rebasaba los setenta proyectos, con una imposibilidad en la comunicación dado que no había traducción simultánea y las celebraciones eran extremadamente largas. Sin embargo, el Papa Juan XXIII sorprendió a todos en su discurso inaugural: "La Madre Iglesia se
alegra y exulta de gozo". Luego, el Papa no dejó de señalar con firmeza a los falsos "profetas de desdichas". "En el ejercicio diario de nuestro ministerio apostólico sucede con frecuencia que disturban nuestros oídos las voces de aquellas personas que tienen gran celo religioso, pero carecen de sentido suficiente para valorar correctamente las cosas y son incapaces de emitir un juicio inteligente. En su opinión, la situación actual de la sociedad humana está cargada sólo de indicios de EL CAMINO DEL CONCILIO (ver anexo LOS CONCILIOS DE LA IGLESIA) ocaso y de desgracia... Tenemos una opinión completamente distinta que estos profetas de desdichas, que prevén constantemente la desgracia, como si el mundo estuviera a punto de perecer.
En los actuales acontecimientos humanos, mediante los que la humanidad parece entrar en un orden nuevo, hay que reconocer más bien un plan oculto de la providencia divina". Estas frases motivaron a los obispos y disiparon dudas sobre la necesidad o no de un Concilio.
En su discurso, Juan XXIII planteó que este concilio no trataba de copiar a los anteriores o de
promulgar nuevos dogmas, sino de considerar la herencia de veinte siglos de cristianismo como algo que, por encima de todas las controversias, se ha convertido en patrimonio común de toda la
humanidad. Y precisamente por eso, decía él, no se trata de conservarnos atrapados por lo antiguo; por el contrario, hay que realizar, con alegría y sin temor, la obra que requiere nuestro tiempo.
En la convocatoria al concilio, el Papa hablaba de los signos de los tiempos y de cómo interpretarlos adecuadamente. Con ello, Juan XXIII restablecía el espacio y la tarea profética de la Iglesia en el corazón de la historia.
Aquel día terminó con el famoso discurso improvisado de "la caricia para los niños" frente a cien mil personas que se congregaron con antorchas en la plaza San Pedro. Esta celebración espontánea de la apertura del Concilio recordaba la aclamación popular en el Concilio de Éfeso y era una imagen clara de la Iglesia pueblo de Dios (UMBRALES n. 109, p. 18). El pueblo de Dios, incluyendo a los niños, se había hecho presente en la primera jornada del Concilio. Las palabras sencillas, claras, cariñosas, llanas y paternales del Papa, revelaban una vez más que él no estaba para proteger infalibilidades o privilegios, ni ante sus hermanos los obispos reunidos en Concilio, ni ante cualquier persona; su misión era mucho más trascendente: sentar las bases para guiar a la Iglesia del Siglo XX al futuro, al Siglo XXI, a través de una "reforma permanente" para presentar el mensaje cristiano con claridad: "Preocupémonos por lo que une, y dejemos aparte lo que nos divide", dejando así entrar el viento renovador del Espíritu.
El último discurso de Juan XXIII en el Concilio se llevó a cabo el 8 de diciembre de 1962. El Papa
estaba pálido y muy enfermo, sus médicos le habían pedido no asistir a esa celebración. Los obispos le miraban en silencio, conmovidos. Pero él habló: "Un largo camino queda por recorrer, pero ustedes saben que el pastor supremo los seguirá con afecto en la acción pastoral que desarrollarán en cada una de sus diócesis. Nos esperan, ciertamente, grandes responsabilidades, pero Dios mismo nos sostendrá en el camino".
El lunes de Pentecostés, el 3 de junio de 1963, el Papa Bueno moría, pero el nuevo Papa, Pablo VI, retomaba con entusiasmo el enorme reto del Concilio, convocando inmediatamente una segunda sesión para los últimos meses del mismo año. La tercera y cuarta sesión serán respectivamente en los últimos trimestres de 1964 y 1965.
Un concilio busca siempre la unanimidad de sus miembros, por lo mismo, el Vaticano II pasó por
momentos de fuerte debate que exigían tiempo y paciencia, con varias reformulaciones de un mismo documento. En un testimonio del Cardenal Bea, se lee: "En una audiencia concedida a un grupo de obispos durante la primera sesión del concilio, Juan XXIII advirtió cómo algunas personas estaban preocupadas por el lenguaje violento que muchos obispos usaban en el Concilio: ‘Pero, ¿de qué se preocupan? –les dijo–. No son un grupo de monjas que tienen que estar siempre de acuerdo con la madre superiora’... Juan XXIII estaba interesado en la libertad de los obispos, pero unas cuantas molestias le proporcionó el asegurársela".
En el concilio hubo múltiples participantes: los 2 mil 450 obispos de la Iglesia, el único grupo que
fue excluido son los obispos del bloque comunista chino, por lo que faltaron unos 200 obispos, participaron algunos abades de grandes congregaciones (franciscanos, conventuales, dominicanos), teólogos invitados del Papa como consultores, no como miembros plenos (Yves Congar, Karl Rahner, Henri de Lubac Philips; podían escuchar pero no hablar en el aula), teniendo como tarea guiar y escribir aquellos decretos ya discutidos, consultores de Iglesias ortodoxas y de las iglesias protestantes, observadores, y católicos laicos (cf. Mary Goldic, Ospite a casa propia, ed. en inglés), y periodistas (se dieron muchas publicaciones, pero en especial, Times (Raniero en la Valle Avennie; Caprile en Civiltá Católica; Frank Furteer en Allgemeine Zeitung; Le monde, Assomptionisti, La Croix; F-X Murphy CSSR bajo el pseudónimo de Xavier Rynne en New York; también algunos libros YVES CONGAR, non journal du concili).
En las sesiones se trataron varios temas:
1.- Liturgia. Este fue el único texto preparatorio que había sido bien acogido por los padres conciliares. Gracias a este documento, la Iglesia en todo el mundo pasó rápidamente de la lengua latina a los idiomas nacionales; se subrayó la importancia de la Iglesia local y de la liturgia de la Palabra. Se aprobó con 2 mil 147 obispos a favor y sólo 4 contrarios, el 4 de diciembre de 1963. Pocos meses después, con la cuaresma de 1964, la Reforma litúrgica entraba en vigor en todo el mundo.
2.- Comunicación y los Medios de comunicación social fue otro de los temas considerados en las primeras etapas del Concilio. Se subrayaban los pros y contras, ventajas y desventajas. Se proclamó el derecho a la información, que debía surgir de la verdad, de la justicia y del amor.
También se subrayó la importancia de la opinión pública y la formación crítica en el uso de los medios.
3.- La Constitución conciliar sobre la Iglesia fue titulada en latín Lumen Gentium (La luz de los pueblos), y es el documento conciliar más importante. El cardenal Gian Battista Montini (el futuro Papa Pablo VI), había lanzado al comienzo del Concilio la interrogante esencial: "Iglesia,
¿qué dices de ti misma?". Los obispos, casi por unanimidad (2 mil 151 a favor y 5 en contra), contestaron al mundo entero: brillando con la luz de Cristo, la Iglesia es el signo ("sacramento") de la unidad del género humano. La Iglesia, presentada en la Biblia con muchas imágenes (rebaño, campo, viña, edificio, templo, ciudad santa, como germen que crece y como cosecha...), se fundamenta en la palabra y en la obra de Cristo, de cuyo Reino representa el comienzo en la tierra. La Iglesia, cuerpo místico y pueblo de Dios en camino, es al mismo tiempo comunidad visible y espiritual. Habla también de la Iglesia, Pueblo de Dios, que todos los seres humanos están llamados a integrar; luego explica la función de los obispos, sacerdotes y diáconos y presenta un capítulo entero dedicado a los laicos. Después de explicar que todos en la Iglesia están llamados a la santidad, presenta el llamado específico de los religiosos. El documento termina con un importante capítulo dedicado a la Virgen María, Madre de la Iglesia.
4.- El Decreto sobre el ecumenismo es otro de los grandes temas que caracterizaron la asamblea conciliar.
5.- Más adelante se aprobaron muchos otros decretos: sobre los obispos, los presbíteros, la vida religiosa, la formación sacerdotal, la educación cristiana; sobre las religiones no cristianas y la libertad religiosa; sobre el apostolado de los laicos, y sobre la actividad misionera.
6.- Se aprobó la Constitución dogmática sobre la Revelación divina en la Biblia que manifiesta la importancia que este Concilio vuelve a asignarle a la Palabra de Dios revelada en la Biblia. El mismo Juan XXIII ordenó retirar el primer texto sobre el tema que había sido objeto de una fuerte polémica.
El último documento del Concilio en ser aprobado, y por eso el fruto más maduro de la larga
asamblea de los obispos, fue la Constitución "pastoral" (por primera vez se usa este calificativo) sobre la Iglesia en el mundo actual. Como es costumbre, se conoce este documento con las primeras palabras en latín que lo encabezan: Gaudium et spes (Los gozos y las esperanzas). "Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo. Nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón".En la primera parte se analiza la vocación del ser humano: la dignidad de la persona, la comunidad humana y su actividad en el mundo... En la segunda parte se analizan los problemas más urgentes: la dignidad del matrimonio y de la familia, el progreso cultural, la vida social y el desarrollo económico, la vida política, la cooperación internacional y la promoción de la paz.
1. AGGIORNAMENTO, que es el esfuerzo de toda la Iglesia para mirar positivamente al mundo,
buscando estar al día en la lectura de los "signos de los tiempos" que se presentan en la realidad.
2. COLEGIALIDAD, que es la revalorización del "colegio" de los obispos presidido por el obispo
de Roma, el Papa. Los obispos no son subalternos del Papa, sino responsables pastorales de su Iglesia local. La colegialidad se expresa por medio de algunos organismos a nivel mundial, como el Sínodo de los obispos, y a nivel nacional, como las Conferencias Episcopales.
3. DIÁLOGO, promovió un diálogo hacia todas las direcciones siguiendo la propuesta de la Encíclica programática de Pablo VI, Ecclesiam suam, del 6 de agosto de 1964. De aquí en más, el diálogo será herramienta fundamental del anuncio y de la misión de la Iglesia.
4. COMUNIÓN, la Iglesia Católica se define como una comunión de Iglesias locales. A nivel más
profundo, la Iglesia es comunión con Dios y entre los hombres. La pluralidad y la diversidad son entendidas como elemento positivo.
5. LIBERTAD RELIGIOSA, la cual va asociada a la libertad de conciencia. El Papa Gregorio XVI
la consideraba en el siglo XIX como un "delirio". Por primera vez, la expresión "libertad religiosa" figura en un texto oficial católico, y el subtítulo del documento precisa: "El derecho de la persona y de la comunidad a la libertad social y civil en materia religiosa".
6. LITURGIA, llegar pronto a una reforma litúrgica cercana al pueblo que permitiera su participación. Redescubriendo las antiguas tradiciones litúrgicas, el pueblo vuelve a ser protagonista de las celebraciones y de la vida eclesial.
7. ECUMENISMO, la Iglesia de Cristo no se reduce a la Iglesia Católica romana. Las diferentes
Iglesias que están en comunión imperfecta, pero real con la Iglesia Católica, forman parte de la única Iglesia de Cristo. La finalidad del camino ecuménico no es la incorporación de los demás, sino la búsqueda de un diálogo serio y exigente para favorecer el encuentro.
8. PALABRA DE DIOS como fundamento de toda la vida cristiana. El Magisterio no está por encima de la Palabra de Dios, sino a su servicio. Todo el Pueblo de Dios puede y debe acercarse a la Biblia para que ésta ilumine su vida.
9. PUEBLO DE DIOS, valoriza la condición cristiana de todos los integrantes de la Iglesia, laicos
y ministros. Propone también una nueva inserción en la historia y en el mundo, y una nueva configuración de relaciones en el interior de la Iglesia.
10. PRESENCIA, la Iglesia se percibe como presencia frente a Dios y frente a los hombres. En el
mundo esta presencia es de servicio. La Iglesia centrada en el Evangelio se abre al mundo. Constituciones:
 Dei Verbum (Constitución Dogmática sobre la Divina Revelación)
 Lumen Gentium (Constitución Dogmática sobre la Iglesia)
 Sacrosanctum Concilium (Constitución sobre la Sagrada Liturgia)
 Gaudium et Spes (Constitución Pastoral sobre la Iglesia en el mundo actual)
Declaraciones Conciliares
 Gravissimum Educationis (Declaración sobre la Educación Cristiana)
 Nostra Aetate (Declaración sobre las relaciones de la Iglesia con las Religiones no
cristianas)
 Dignitatis Humanae (Declaración sobre la libertad religiosa)
Decretos Conciliares
 Ad Gentes (Decreto sobre la actividad misionera de la Iglesia)
 Presbyterorum Ordinis (Decreto sobre el ministerio y vida de los presbíteros)
 Apostolicam Actuositatem (Decreto sobre el apostolado de los laicos)
 Optatam Totius (Decreto sobre la formación sacerdotal)
 Perfectae Caritatis (Decreto sobre la adecuada renovación de la vida religiosa)
 Christus Dominus (Decreto sobre el ministerio pastoral de los Obispos)
 Unitatis Redintegratio (Decreto sobre el ecumenismo)
PALABRAS CLAVES DEL CONCILIO DOCUMENTOS DEL CONCILIO VATICANO II
 Orientalium Ecclesiarum (Decreto sobre las Iglesias orientales católicas)
 Inter Mirifica (Decreto sobre los Medios de comunicación social)
Mucho hablar del Concilio… pero, ¿es hoy aplicable?, ¿sigue siendo vigente? Juan Pablo II repitió, y Benedicto XVI también lo ha hecho, que la vigencia del concilio es incuestionable, pues plantó líneas generales para un mundo moderno y cambiante.
El cardenal Walter Kasper, hablando de la vigencia del concilio, ha planteado que "la Iglesia,
impulsada por la Palabra de Dios, celebra los sacramentos de Cristo en bien de todos los hombres
siguiendo su triple misión:
1) El anuncio de la Palabra de Dios (kerygma, martyria).
2) La celebración de los sacramentos (liturgia).
3) El servicio de la caridad (diakonia).
Tal como hicieron los primeros cristianos (Hechos de los Apóstoles) y continuaron ininterrumpidamente las generaciones cristianas hasta el día de hoy, siempre en comunión con el
Obispo (colegialidad), en koimonia ("nihil sine comunitate") para llegar a ser alternativa al proyecto del mundo. En realidad, la Iglesia es: colegialidad –sinodalidad o corresponsabilidad– comunión. Así, uno de los grandes mensajes del Concilio es hoy, más que nunca, vigente: el de practicar el amor hacia los necesitados de toda clase. Esta invitación pertenece a su esencia tanto como el servicio de los sacramentos y el anuncio del Evangelio".
Por su parte, el Papa Benedicto XVI, cuando se cumplieron 40 años de la clausura del Concilio, se
refirió a la vigencia de este en una homilía en la Basílica de San Pedro: "los temas de la formación de los sacerdotes, de la vida consagrada y del ministerio episcopal han sido objeto de tres Asambleas Ordinarias del Sínodo de los Obispos, las cuales han tomado y profundizado ampliamente las enseñanzas del Vaticano II".
"Desde siempre –continuó haciendo referencia al documento sobre la educación– la Iglesia está
comprometida en la educación de la juventud, a la cual en Concilio le reconoció una 'extrema importancia' tanto para la vida del hombre como para el progreso social".
Profundizando sobre el tema educativo, el Papa afirmó que "en la época de la comunicación global, la Comunidad eclesial advierte toda la importancia de un sistema educativo que reconozca el primado del hombre como persona abierta a la verdad y al bien". También hizo notar que "los
principales y primeros educadores son los padres, ayudados, según el principio de la subsidiariedad, por la sociedad civil. Una especial responsabilidad educativa tiene la Iglesia, a la cual Cristo ha confiado la labor de anunciar «el camino de la vida»".
Sobre la Nostra Aetate, el Pontífice afirmó que es de "grandísima actualidad, porque se refiere a la actitud de la Comunidad eclesial en el confronto de las religiones no cristianas. Partiendo del
principio que 'todos los hombres constituyen una sola comunidad' y que la Iglesia 'tiene el deber de promover la unidad y el amor' entre los pueblos, el Concilio 'nada niega de cuanto es verdadero y santo' en las otras religiones y anuncia a todos a Cristo, 'camino, verdad y vida', en quien los hombres encuentran 'la plenitud de la vida religiosa’".
Es claro que hoy por hoy, la Iglesia Católica se encuentra focalizada en hacer vida las conclusiones del Concilio. Los fieles católicos deben enfocarse a lo mismo para, de esta manera, poder hacer realidad los planteamientos del Concilio con frutos concretos.
CONCLUSIONES
ANEXO LOS CONCILIOS DE LA IGLESIA CONCILIO PAPA CARACTERÍSTICA
Nicea I San Silvestre
1. Contra el arrianismo.
2. Definió la consubstancialidad del Verbo: El Verbo es verdadero Hijo de Dios, de la misma substancia del Padre, y por lo tanto, verdadero Dios.
3. Definió la fecha de la celebración de Pascua.
Constantinopla I San Dámaso
1. Reafirmación de la divinidad del Espíritu Santo.
2. Reafirmación de la divinidad y humanidad de Jesucristo y, por lo tanto, la condición de María como Madre de Dios.
3. Reafirmación de la transmisión del pecado original que es borrado a través del bautismo.
Éfeso San Celestino I
1. Unidad de persona de Cristo: hombre y Dios: Unión hipostática substancial.
2. Condena errores pelagianos.
3. Maternidad divina de María.
Calcedonia León I Magno
1. Condenó el eutiquianismo que no reconocía en Cristo la distinción de las dos naturalezas perfectas, que están unidas no confundidas ni mudadas ni alteradas.
Constantinopla II Virgilio
1. Se ratifica la naturaleza de Jesucristo y se condenan los errores de concepción de la naturaleza divina y humana de Cristo.
2. Se asegura que en Cristo hay dos voluntades como hay dos naturalezas aunque sea una sola Persona.
Constantinopla III San Agatón I y San León II
1. Se permite la veneración de las imágenes y de los iconos, siempre y cuando no sea la imagen la venerada sino al santo a quien representa.
Nicea II Adriano I
1. Diferencia el culto de veneración y el culto de adoración a las imágenes.
2. Entre el imperio oriental y el occidental había muchas discrepancias y piques, el Concilio buscó conciliar posiciones.
Constantinopla IV Adriano II
1. Afirmación del Primado del Romano Pontífice.
2. Confirmación del culto de las imágenes
Letrán I Calixto II
1. Contra las investiduras: se prohibió que los laicos nombraran obispos, abades y entregaran el báculo y anillo propio de ese cargo.
2. Propuso a los príncipes cristianos emprender las cruzadas.
3. Se condena la simonía y el concubinato de los eclesiásticos como herejías.
Letrán II Inocencio II
1. Por la disciplina y las buenas costumbres.
2. Por la rebeldía de los cátaros se ponen reglas para obediencia a la autoridad religiosa y evitar la anarquía.
3. Se niega la tansmigración del alma.
Letrán III Alejandro III
1. Se regularizó la elección del Papa 2/3 de los votos de los cardenales.
2. Leyes contra la simonía.
Letrán IV Inocencio III
1. Por la fe y la moral.
2. Organizó una cruzada.
3. Revisó y fijó la legislación eclesiástica sobre impedimentos matrimoniales.
4. Impuso obligación de confesión y comunión anual.
5. Hubo importantes definiciones sobre la Trinidad, la creación, Cristo Redentor, los Sacramentos y otros errores.
Lyon Inocencio IV
1. Llevó a cabo una sentencia de deposición contra el emperador Federico II, usurpador de bienes y opresor de la Iglesia, y reguló el proceso de los juicios eclesiásticos.
2. Declaraciones rituales y doctrinales para los griegos (Sacramentos, legitimidad de las segundas nupcias, Purgatorio, Paraíso, Infierno).
Lyon II Gregorio X
1. Por la unión de las iglesias. Restableció la unión con los griegos.
2. Tomó nuevas medidas para una posible Cruzada.
3. El Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo como de un solo principio.
4. Suerte de las almas después de la muerte.
5. Sobre los siete Sacramentos y sobre el Primado del Romano Pontífice.
Vienne Clemente V
1. Decidió la supresión de la Orden de los Templarios.
2. El alma es verdadera y esencialmente forma del cuerpo.
Constanza Gregorio XII
1. Fin del cisma occidental.
2. Se condenan los errores de Wickleff sobre los sacramentos y la constitución de la Iglesia.
3. Se condenan los errores de Juan Huss sobre la Iglesia invisible de los predestinados.
Ferrara - Florencia Eugenio IV
1. Reconciliación de griegos y latinos (los armenios, los jacobitas, los mesopotamios, los caldeos y los maronitas).
2. Fue en varias etapas y sedes.
3. Trató unión de diferentes Iglesias autónomas para unificar criterios sobre el Espíritu Santo, los Novísimos, el decreto sobre los Sacramentos y la Encarnación.
Letrán V Julio II
1. Buscó fórmulas conciliatorias para tratar las relaciones entre los príncipes cristianos sin recurrir a la guerra.
2. Reformar costumbres disciplinarias en las que se habían introducido abusos escandalosos.
3. Dictó normas para las instituciones religiosas y condenó herejías contrarias a la inmortalidad del alma (una para cada persona).
Trento Paulo III, Julio III y Pío IV
1. Contra errores del protestantismo y por la disciplina de la iglesia (Lutero).
2. Muestra el esplendor de la verdad revelada y el valor de la vida sobrenatural.
3. Sufrió varias interrupciones.
4. Fortificó la disciplina eclesiástica y estrechó los lazos entre el Papa y los miembros de la Iglesia.
5. Revisión general de la doctrina.
6. Aclaró conceptos dudosos, afianzó verdades, promulgó nuevas leyes y anunció sanciones a infractores.
7. Defensa de la Sagrada Escritura, doctrina sobre el pecado original, la santificación y la gracia, los sacramentos, la Eucaristía, la misa y el culto a imágenes, así como indulgencias.
Vaticano I Pío IX
1. Contra el racionalismo y el galicanismo (el Papa decidía en cuestión de dogma, pero era válido sólo si lo aceptaba el Concilio), por lo cual se declaró la infalibilidad del Papa cuando habla ex cátedra en materia de doctrina y costumbres. Esto sucede sólo cuando se cumplen 3 condiciones:
1. Enseña cosas referentes al dogma o moral.
2. Se dirige a la Iglesia Universal.
3. Habla en calidad de Maestro supremo de la cristiandad.
1. Dogma de la Inmaculada Concepción.
2. Puntualizó la relación entre fe y razón.
Vaticano II Juan XXIII y Paulo VI
1. Aggiornamento o puesta al día de la Iglesia, revisando forma y fondo de la Iglesia.
2. Apertura dialogante con el mundo moderno, con un nuevo lenguaje conciliatorio ante problemas actuales y antiguos.
3. Se buscó conciliar a los cristianos separados de la unidad católica.
4. Se habló de la Iglesia, la Revelación, la Liturgia, la Libertad religiosa.
5. Recordó la llamada universal a la santidad.
6. Su fin era promover el desarrollo de la fe católica y lograr una renovación moral de la vida cristiana de los fieles.
7. Tiene 16 documentos. Sus características son renovación y tradición.