martes, 6 de enero de 2009

Noche de Reyes....


Mágica y misteriosa...

Por: Querien Vangal

Noche que hace palpitar aceleradamente los corazones infantiles y que al cerrar sus ojos para dormir, los hará soñar con la tierna ilusión de una muñeca o de un tren de bonitos colores. Porque a pesar de que ahora los juguetes han alcanzado perfecciones insospechadas y técnicas admirables, nada podrá igualar al maravilloso encanto y tierna sencillez de una muñeca "vestida de azul" o de un tren de alegres y vivos colores.
Sueñan los niños y porque sus almas son inocentes y tienen fe, encontrarán sobre sus zapatitos, que esta noche brillan de tan limpios que están, los juguetes anhelados... "porque se portaron bien" y escribieron una carta que siempre empezó así: Queridos Reyes Magos....y los mágicos personajes, Melchor, Gaspar y Baltasar, vendrán al conjuro de esos deseos ingenuos, con sus hermosas capas, con dos coronas y un turbante, para dejar sus regalos.

De tanto pensar en ellos, sienten los niños que en el silencio de esta noche han oído como un rumor de pasos, roce de sedas, terciopelos y brocados... Son los tres Reyes Magos que han pasado. Y ojalá que esos niños guarden para siempre la ilusión y magia de esta noche tan singularmente bella para que, cuando adultos, en sus nuevos hogares, siempre haya una "noche de Reyes". ¡Qué bonito sería pensar que esta noche todos los niños duermen con esta espera maravillosa!
Pero el cuadro tiene su claro-oscuro. Las sombras que nos estrujan el corazón de miles y miles de niños que esta noche no pondrán sus zapatitos porque no los tienen, porque sus pies caminan descalzos sobre la tierra de este Planeta. Que no pedirán ni un tren ni una muñeca sino un mendrugo de pan para tener algo que comer en esta noche de Reyes. Estos niños nos están gritando con el grito silencioso de su presencia, que de nada sirven los tecnicismos de esta era si a los hombres se nos ha endurecido el corazón. Pobre humanidad, envanecida y orgullosa...¡de qué podemos estarlo! si los hombres se matan y los niños tienen hambre.
Hacer a los niños felices sería el mejor regalo y más aún para nuestras conciencias. Que la mejor meta al llegar el año 2009 sería que no existiera un solo niño sobre la faz de la tierra, en la calle, con hambre y descalzo.
Será sin duda el mas severo juicio al que seremos sometidos ante el Creador, porque estuvieron a nuestro lado y no los quisimos ver, tuvieron hambre y no les dimos de comer, tuvieron sed y no les dimos de beber...
Esta noche, noche de Reyes, la humanidad entera y cada uno de nosotros, tendríamos que convertirnos en un Rey Mago, abrazar contra nuestro pecho a un chiquitín, besar sus mejillas sucias, sus ojos tristes y caer de rodillas y pedirles perdón.

La noche vieja

Por: Padre Vate

Suenan las campanas en el reloj.

Son las 12. Las 12 de la noche.
Parece que los meses del año que termina, con sus días y sus horas se columpian en cada una de ellas... Doce meses, doce campanadas. El año se va. El año se acaba. Se esfuman los doce meses como en un conjuro de tiempo y eternidad. Los tuvimos en nuestras manos paro ya no volverán.
Fueron instantes nuestros, únicos e irrepetibles, vividos dentro de nuestro libre albedrío, hora tras hora y ahora se van, perdiéndose en la noche última del año. La noche vieja.
El poeta dice:
El indivisible tiempo
lo hemos dividido en años
y así decimos que pasa
cuando nosotros pasamos.
Así es, decimos que el tiempo se va cuando somos nosotros los que nos vamos. Decimos que el tiempo corre, que el tiempo vuela, pero los que corremos, los que volamos sobre el tiempo somos nosotros. El tiempo siempre está, el tiempo ni tiene tiempo, ni es joven ni viejo, nosotros si.
Las 12. Es Noche Vieja. Un año nuevo está por comenzar.

Las 12 horas del 31 de diciembre. ¿Qué hicimos con estos trescientos sesenta y cinco días? ¿Qué dijimos, qué pensamos una noche como esta pero del año pasado? ¡Cuántos planes, cuántas promesas, cuántos propósitos! ¿Somos los mismos de aquella noche de otras muchas noches o sentimos que fuimos limando las aristas de nuestro carácter, rellenando "baches" en los que caíamos una y otra vez, quitando obstáculos, que quizá amábamos pero que nos hacían tropezar en nuestro plan de ser mejores como seres humanos en nuestra plenitud y dignidad? ¿Qué pasó con aquellos deseos vehementes que brotaron en nuestro corazón al terminar de oír las doce campanadas y nos hicieron decir: "¡Ahora sí, este año nuevo sí!?
Poco a poco se nos fueron aminorando las fuerzas, el entusiasmo, y llegó esa desgana o indiferencia por las cosas. La bruma de la rutina nos envolvió en sus días grises y nos heló el corazón y el coraje.
O no fue así... y sentimos que sí ha habido un cambio positivo. Que el sol del amor nos arropa y podemos repartir el calor que hay en nuestra alma a los demás. Que estamos en pie de lucha, que las 12 campanadas resuenan en nuestro corazón como el tañer de las campanas de la ermita invitándonos a orar.
Que cada campanada se un:
Perdón y gracias, Dios mío, me estás regalando otro año para crecer en la fe y en el amor a Ti y a los demás. El tiempo pasado está en Tus manos, el que comienza en las mías, pero quiero que ¡Tu me acompañes a vivirlo!
Y con el año que se va y el nuevo que comienza, en esta Noche Vieja, la más vieja del año, recordamos al poeta que nos dice:
Un año más, no mires con desvelo
la carrera veloz del tiempo alado
que un año más en la virtud pasado
un paso es más que te aproxima al cielo.
Y siguiendo con los versos terminaremos esta pequeña reflexión con uno que una noche como esta me inspiro:


Esta noche es "noche-vieja"
y yo hago un alto en mi camino,
sentada bajo la luna
abro mi alforja y la miro.

¿Qué es lo que tengo en ella?
Oro y plata:-Te lo cambio
por la sonrisa de un niño.
Quiero caminar descalza
por lo prados con rocío
quiero soltar mis amarras
y extender libre mis alas
y sentir mi poderío.
Poderío y libertad
olvidando el claro-oscuro
de ambiciones que esclavizan
tan pesadas como un yugo.
Esta noche es "noche vieja"
tengo el alma transparente,
cuando llegue el año nuevo
que me encuentre en la vereda
como quién vuelve a nacer,
sin sandalias, sin alforja,
con la piel limpia de luna
las estrellas en mi pelo
y cantando el "aleluya".
Esta noche es noche vieja,
y yo tengo el alma nueva...
¡quién lo pudiera creer!

Escuela de humanidad

Por: Querien Vangal

«La familia formadora de los valores humanos y cristianos». Este es el tema elegido para el sexto encuentro mundial de las familias que tendrá lugar en México del 14 al 18 de enero. El hilo conductor de este encuentro hace referencia a la familia como el camino que conduce al hombre a una vida en plenitud. Unidos a esta idea fundamental celebramos la fiesta de la Sagrada Familia con el siguiente lema: «La familia, escuela de humanidad y transmisora de la fe».
I. ESCUELA DE HUMANIDAD
a) Aprender a recibir el amor

«La familia es escuela del más rico humanismo» (Constitución pastoral sobre la Iglesia en el mundo de hoy, Gaudium et spes, 52). Estas palabras del Concilio Vaticano II presentan a la familia como la morada donde el hombre aprende a ser hombre. Se trata, por tanto, del lugar en el cual se desarrolla la primera y más fundamental ecología humana, el ámbito natural y adecuado para que pueda desarrollarse el aprendizaje de lo verdaderamente humano. Así lo descubrimos a la luz de la Revelación del Hijo de Dios que elige la Sagrada Familia para crecer en su humanidad.
En el hogar familiar la persona reconoce su propia dignidad. Lejos de cualquier criterio de utilidad, en su familia el hombre es amado por sí mismo y no por la rentabilidad de lo que hace. Más allá de lo que pueda aportar por sus posesiones o por sus capacidades físicas, técnicas, intelectuales o las propias de su personalidad, la persona no es un medio al servicio del interés de otros; es un fin absoluto, amada por sí misma, de un modo fiel que permanece en el tiempo incluso con sus propias debilidades.
b) Aprender a acoger y acompañar la vida
La familia es el santuario de la vida donde cada miembro es reconocido como persona humana desde su concepción hasta su muerte natural y aprende a custodiar la vida en todos los momentos de su historia. La misión de acoger y acompañar la vida es una labor permanente de la familia. Sin embargo, esta misión adquiere una relevancia singular en este momento en que muchas familias son afectadas dramáticamente por la crisis económica y, sobre todo, cuando han sido anunciadas reformas legislativas que ponen en peligro la vida naciente y terminal: el aborto y la eutanasia.
En la familia, escuela de solidaridad, compartimos los bienes y sostenemos fraternalmente a los miembros más necesitados. Y es en el hogar familiar donde, frente a la posesión de muchos bienes materiales inducida por un consumismo desmedido, aprendemos lo que es verdaderamente importante: el amor. En la familia se percibe que cada hijo es un regalo de Dios otorgado a la mutua entrega de los padres, y se descubre la grandeza de la maternidad y de la paternidad. El reconocimiento de la vida como un don de Dios nos urge a pedir que no se prive a ningún niño de su derecho a nacer en una familia, y que toda madre encuentre en su hogar, en la Iglesia y en la sociedad las ayudas necesarias para tener y cuidar a sus hijos.
En la familia y en la comunidad cristiana se encuentra la razón para vivir y seguir esperando.
Todos, incluidos los que sufren por enfermedad, soledad o falta de esperanza, pueden hallar en la familia y en la Iglesia la certeza de ser amados, y sobre todo la convicción del amor único e irrepetible de Dios que permanece más allá del pecado y de la muerte: «la verdadera, la gran esperanza del hombre que resiste a pesar de todas las desilusiones, sólo puede ser Dios, el Dios que nos ha amado y que nos sigue amando "hasta el extremo", "hasta el total cumplimiento" (cf. Jn 13,1; 19,30)» (Benedicto XVI, Spe salvi, 27).
c) Aprender a dar la propia vida
A través de las relaciones propias de la vida familiar descubrimos la llamada fundamental a dar una respuesta de amor para formar una comunión de personas. De esta manera, la familia se constituye en la escuela donde el hombre percibe que la propia realización personal pasa por el don de sí mismo a Cristo y a los demás, como advierte el Señor en el Evangelio: «porque el que quiera salvar su vida, la perderá y el que pierda su vida por mí, la salvará» (Lucas 9, 24). El eco de estas palabras del Señor resuenan en la enseñanza del Concilio Vaticano II: «el hombre, única criatura en la tierra a la que Dios ha amado por sí mismo, no puede encontrar su propia plenitud si no es en la entrega sincera de sí mismo a los demás» (Gaudium et spes, 24. De esta manera, la familia es la escuela en la que se forja la libertad orientada por la verdad del amor: «la libertad se fundamenta, pues, en la verdad del hombre y tiende a la comunión», Veritatis splendor, 86).
II. TRANSMISORA DE LA FE
La primera manifestación de la misión de la familia cristiana como iglesia doméstica es la transmisión de la fe (Cf. Conferencia Episcopal Española, Directorio de la pastoral familiar de la Iglesia en España, 66).
La experiencia del amor gratuito de los padres que ofrecen a los hijos la propia vida de un modo incondicionado, prepara para que el don de la fe recibido en el bautismo se desarrolle adecuadamente. Se dispone así a la persona para que pueda conocer y acoger el Amor de Dios Padre manifestado en la entrega de su Hijo, y construir la vida familiar en torno al Señor, presente en el hogar por la fuerza del sacramento del matrimonio.
En la familia cristiana descubrimos que formamos parte de una historia de amor que nos precede, no sólo por parte de los padres y abuelos sino, de un modo más fundamental, por parte de Dios según se ha manifestado en la historia de la salvación.
En la familia cristiana se descubre la fe como una verdad en la que creer, la verdad del Amor de Dios que implica la respuesta de toda la persona. Encontramos así la vocación propia de todo hombre, la llamada a entregar a Dios la propia vida.
En el hogar cristiano se descubre la fe como verdad que se ha de celebrar introduciendo a cada miembro en la vida de los sacramentos que acompañan los acontecimientos más fundamentales de la historia familiar. De un modo central la Eucaristía, porque hace presente la entrega esponsal de Cristo en la Cruz y enseña e impulsa a dar la vida por amor incluso en los momentos de dificultad o sufrimiento.
En la familia cristiana se descubre la fe como una verdad que se ha de vivir y, por lo tanto, que se ha de practicar en la vida, orientando y configurando la actuación concreta de cada miembro de la familia.
III. CONCLUSIÓN
Que la familia se constituye en la primera y más fundamental escuela de aprendizaje para ser persona es un hecho originario y, por lo tanto, insustituible. Así lo descubrimos a la luz del misterio del nacimiento del Hijo de Dios que contemplamos en la Navidad. La familia es el lugar elegido por Jesucristo para aprender a ser hombre: "el niño iba creciendo y se fortalecía, lleno de sabiduría, y la gracia de Dios estaba con él" (Lucas 2, 40); es el reflejo en la tierra del misterio de Comunión eterna que Él vive en el seno de la Santísima Trinidad.
Rogamos a la Sagrada Familia que el encuentro mundial de las familias suponga una fuerte efusión del Espíritu para que Cristo sea la piedra angular sobre la que se construye el hogar cristiano. Nuestra oración se dirige especialmente a las madres que encuentran serias dificultades para dar a luz a sus hijos, a los ancianos y enfermos que ven mermada su esperanza y a los hogares que están sufriendo los efectos de la actual situación económica.
Rogamos también por los frutos de la especial celebración de la fiesta de la Sagrada Familia que por segunda vez tendrá lugar este año en Madrid con la intervención del Papa a través de la televisión.
Que el hogar de Nazaret sea la luz que guíe la vida de nuestras familias para que sean escuelas de humanidad y transmisoras de la fe.

Objeción de Conciencia

Por:Querien Vangal
Balduino I, rey de Bélgica, se negó a firmar la ley que permitía el aborto en su país en marzo de 1990 aduciendo razones de conciencia. Su caso ha sido uno de los precedentes más famosos por venir de una personalidad del talante que él poseía. El rey de los belgas no dudó en abdicar a la corona con tal de mantenerse fiel a lo que creía que no estaba bien.
A casi dos décadas de distancia, varios políticos y gobernantes de diversos países están recordando al mundo el valor de la fidelidad a la propia conciencia, aun a costa del estigma de retrógrados y de la persecución mediática de que son presas.
Enrique I es el gran duque de Luxemburgo (jefe de Estado de ese enclave europeo) y sobrino del finado Balduino de Bélgica. El primero de diciembre, Enrique I anunció que no firmaría la ley de autorización de la eutanasia y del suicidio asistido por motivos de conciencia. La iniciativa de ley prosperó el pasado 18 de diciembre en la cámara de diputados por 31 votos a favor, 26 en contra y 3 abstenciones. La negativa del gran duque ha motivado a los políticos a reducirle sus poderes.
“La vida y la muerte no están en nuestras manos”. La reina de España se ha manifestado contraria al aborto, a la eutanasia y al así llamado “matrimonio” homosexual. Así ha quedado de manifiesto en el libro entrevista que le ha realizado la escritora Pilar Urbano, “La Reina muy de cerca”, un libro que apareció el 29 de octubre pasado con ocasión del LXX cumpleaños de doña Sofía y que va totalmente contra corriente de la situación actual que se vive en el reino de la península ibérica.
Uruguay es quizá el país de mayor tradición liberal y laicista en el cono sur de América. Su actual presidente, el médico Tabaré Vázquez, se rehusó a firmar una ley que despenalizaba el aborto. En el texto del veto, Tabaré Vázquez recordó que “La legislación no puede desconocer la realidad de la existencia de vida humana en su etapa de gestación, tal como de manera evidente lo revela la ciencia”.
Y más adelante señaló que “el verdadero grado de civilización de una nación se mide por cómo se protege a los más necesitados. Por eso debe proteger más a los más débiles. Porque el criterio no es ya el valor del sujeto en función de los afectos que suscita en los demás, o de la utilidad que presta, sino el valor que resulta de su mera existencia”.
La decisión del presidente uruguayo le valió las críticas de los miembros de su propio partido (el Partido Socialista) y únicamente el apoyo de dos de los ministros de todo su gabinete, los de salud y turismo. A finales del mes de noviembre, Tabaré Vázquez, hasta entonces miembro de la internacional socialista y de la coalición Frente Amplio que le llevó a la presidencia, pidió la baja del partido en el que militaba desde 1983.
Mercedes Aroz es la ex senadora socialista elegida con el mayor número de votos en la historia de la provincia de Barcelona. Hace un año anunció su conversión al catolicismo y renunció a su escaño en el senado. Todavía como parlamentaria, se abstuvo de votar a favor de la regulación de las uniones homosexuales y de apoyar posturas contra la vida que defendía el Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Recientemente ha unido su voz a la de todos aquellos que piden la abolición del aborto en España para que realmente progresen los derechos humanos en su país.
Fernando Ferrín Calamita fungía como magistrado en materia de familia en Murcia, España, hasta que el lobby gay lo tomó en su mira por dudar de la idoneidad de una pareja de lesbianas para adoptar una niña. A pocos les ha importado las razones aducidas para la negativa (falta de la figura paterna, probabilidad de que la menor imite el patrón del ambiente en que ha vivido, o el derecho de la niña a vivir en una familia compuesta por personas de distinto sexo, entre otras).
Por eso fue relevado temporalmente de su puesto, privado de sueldo y, tras un juicio, recibió una sentencia negativa; y todo por haber sido fiel a su conciencia y buscar el bien de la infante. “No es igual ser educado y crecer con tus padres que con dos “mamás” o dos “papás”. Una ley no puede ir en perjuicio de los menores”, declaró hace algunos meses.
A veces hay que remar contra corriente con tal de defender la belleza y la primacía de la verdad. Y es que jamás la verdad es el fruto del consenso democrático. Ya lo decía Sócrates: “Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres”, aunque cueste la fama o la corona.

HONOR A QUIEN HONOR MERECE

Martes, 02 de diciembre de 2008

Fuente: Yoinfluyo.com
Autor: René Mondragón

Amigo Carlos:
Tenía que ser así, porque así eras tú.
Siempre fiel a cada compromiso, a tu cita con el buen Dios acudiste con esa puntualidad tan tuya siempre. No podía ser de otra forma, cuando se acepta a la congruencia como virtud del caballero cristiano de nuestro tiempo, y cuando es el honor la norma de conducta diaria.
No sé a cuantos jóvenes formaste. Fuimos muchos los que leíamos tus obras, tus traducciones, tus estudios e investigaciones. En todos nosotros dejaste una huella tan formidable como imperecedera. Nos cambiaste la vida.
Muchos otros aprendimos a debatir con la fuerza de los ideales y las convicciones arraigadas, porque tu pedagogía de vida era nuestra mejor enseñanza.
Tú, amigo Carlos, fuiste de aquellos que como decía Bernardo Monsegú, siempre preferían el palpitar al calcular; de los que mueren porque no mueren; de los que siempre evidenciaron sus ansias de eternidad. Creo que por eso la tierra ya te resultaba poca cosa. Necesitabas estar con Él; y Él -así te lo demostró toda la vida- quiso también necesitarte un poco. Por eso te llamó en tiempo y forma.
¡Claro que duele el hecho de no tenerte cerca! No será fácil dejar de escuchar tus consejos, tu palabra prudente; ni dejar de compartir contigo la agudeza y audacia de una visión de largo alcance como la que Dios te regaló.
Cuando estabas entre nosotros, tu sola presencia hacía que viéramos las cosas de un modo diferente. Ahora, será tu recuerdo lo que nos impulse a continuar luchando, por Dios y por la Patria, igual que lo hizo tu padre en su momento. ¿Sería por eso, el especial fervor que ponías en tu oración a los pies de la Morenita del Tepeyac durante la festividad de Tomás Moro?
Nos llamaba la atención que llegaras a la Basílica de Guadalupe, sin el boato ni la parafernalia de los funcionarios de alto rango. Te postrabas a los pies de María, tal y como cualquier otro de sus hijos. Nada más, pero nada menos. Sabías que al salir de ahí, te esperarían los anatemas de los jacobinos y las acusaciones incendiarias de los intolerantes. Pareciera que nos decías “no tengan miedo, porque el cielo es de los que lo arrebatan”.
Amigo Carlos, déjame decirte algo: ¡no creo en la resignación cuando un amigo como tú se va! Considero que ese espíritu de “conformidad adolorida” puede quedarse, con aquellos que aseguran que la muerte es el final de todo; que ahí termina todo y que no hay más nada qué hacer.
Para quienes tenemos el privilegio de la fe y creemos que el hecho de morir es la bienvenida a la cercanía con Dios; a Su visión beatífica y a Su amistad en la gloria eterna; es una mixtura con la alegría; un encuentro con la esperanza de saber que estás ahí, con Él; mejor que antes y mejor que siempre. Es saber que Dios siempre se lleva a los mejores. De eso se trata cuando sobrenaturalizamos las cosas.
Me parece que no es tardío, sino oportuno, darte las gracias amigo mío. Gracias por enseñarnos a vivir la vida con una perspectiva trascendente, dándole el valor divino a lo humano.
Gracias, Carlos, por la pedagogía del Servicio que nos enseñaste, con tu ejemplo a tiempo y a destiempo; en especial, cuando nos mostraste que el poder carece de sentido, si no logramos entender que viene de lo Alto.
Gracias por tu congruencia y tu tozuda hidalguía en nuestra lucha a favor de la vida, de la libertad, de los valores superiores que poco a poco han venido transformando nuestra querida Patria.
Gracias por la enseñanza del honor y la nobleza de tu alma grande. Por dejarnos aprender que el verdadero hombre, sólo dobla la rodilla delante de su Dios.
Rene Mondragón


HONOR A QUIEN HONOR MERECE

Es posible ser congruente y tener éxito

Fuente: Yoinfluyo.com
Autor: José J. Castellanos

Miércoles, 03 de diciembre de 2008

La falsedad de la premisa de que obtener éxito material y vivir congruentemente la fe es imposible, no sólo la señaló Carlos Abascal en su discurso de aceptación del Doctorado Honoris Causa que le entregó la Universidad Anahuac del Sur, sino que la encarnó con su vida que se extinguió el día de antier. De pocos laicos contemporáneos de la vida pública de nuestro país se puede decir que han vivido a plenitud el llamado a la fidelidad que hizo Juan Pablo II en la Catedral de México en 1979. Lo hizo, sin miedo, como hombre, esposo, padre de familia, empresario, dirigente social y dirigente político. Lo hizo con la palabra y el ejemplo.
No abundaré sobre Carlos Abascal, ya lo hice hace días. Hoy, si se me permite, le daré la palabra para reproducir algunas ideas de su último mensaje a la juventud universitaria, pues podríamos tomarlo como su testamento social. Estas frases entresacadas, entre muchas valiosas, son los botones de muestra que invitan a leer y releer el mensaje, porque resulta imposible abarcarlo aquí todo. Reproduzco:
“El ser humano nace, vive, muere con dos sellos indelebles: el sello de criatura de Dios, quien le comunica la inmensa dignidad que posee, precisamente por haberlo creado a Su imagen y semejanza; y el sello de su irrenunciable vocación social, que le exige ser comunión con todos sus semejantes, si quiere realizar la vocación que él, y nadie más que él, puede y debe realizar durante su existencia temporal”.
“En el afán de dar al césar lo que es del césar, se olvidan de que hay que dar a Dios lo que es de Dios”.
“¿Y qué es de Dios? Nada más y nada menos que la integralidad de la persona humana, en todas las manifestaciones de su vida, porque es el pensamiento amoroso de Dios el que da vida al ser humano”.
“Otros más excluyen totalmente de la vida pública la presencia de Dios, y prefieren prescindir del primer sello, arrinconándolo a la mera vida privada.
“Dar a Dios lo que es de Dios no es un asunto privado, es un asunto personal porque la fe no se le impone a nadie, porque ser cristiano es encontrarse personalmente con Cristo y pedirle que nos transforme en el amor, por el amor y para el amor, para servirlo en los demás hombres. Porque Cristo, que es Camino, Verdad y Vida nos legó una fe cuyo objeto no es que cada cristiano cumpla ciertos preceptos y prácticas externas, sino que cada cristiano y todos juntos transformemos la realidad temporal con el espíritu del Evangelio, que es el espíritu del Amor, de la Justicia, de la Unidad y del Bien”.
“Es cierto: el reino de Jesús no ES de este mundo; pero el único lugar en el que los hombres preparan el advenimiento del Reino de Dios es este mundo”.
“Pienso que la mayor censura a Dios en la vida pública, proviene de cristianos que se autocensuran para hacer sólo lo políticamente correcto a los ojos de los demás”.
“El cristiano que vive en el mundo, que participa en la política, en la economía, en la cultura, en lo social, tiene el deber de trabajar para lograr estándares éticos cada vez más elevados en la convivencia social, siempre usando argumentos propios de la razón”.
“Bien vale la pena gastar nuestra vida, al límite, al servicio de Jesucristo”. “De hecho, es indispensable devolverle a la democracia fundamentos sólidos de valores eternos derivados del orden natural de las cosas. Es imperativo que el Estado de Derecho tenga su mayor fortaleza en normas positivas fundadas en el derecho natural”.
“Hoy somos parte de una batalla antropológica cultural en la que el poder político reclama para sí la facultad de definir al hombre, muchas veces socavando su libertad y dignidad”.
Hasta aquí las citas.
Carlos solía saludar a sus amigos anteponiendo el “san” al nombre propio. Por eso, yo solía devolverle el saludo de la misma manera, llamándolo san Carlos. Hoy, sin anticipar el juicio de la Iglesia, puedo afirmar que él, librando numerosas batallas, alcanzó la meta de la santidad, como indica el Catecismo de la Iglesia, citando al Concilio Vaticano II: “En sus miembros (de la Iglesia), la santidad perfecta está todavía por alcanzar: ‘Todos los cristianos, de cualquier estado o condición, están llamados cada uno por su propio camino, a la perfección de la santidad, cuyo modelo es el mismo Padre ’” (LG 11).
Don Carlos Abascal Carranza fue de los seres humanos que merecen el reconocimiento de todos.
Fue un hombre a carta cabal, fue de los pocos hombres que supo ser congruente con se fe cristiana y su vida. Fue un hombre de los que verdaderamente, sin demagogia alguna, merece estar en el altar de la Patria, su patria que tanto amó y a la que sirvió honesta y responsablemente.
DESCANZA EN PAZ CARLOS ABASCAL CARRANZA.


El niño que quiso ser buey

Por: Querien Vangal
Una vez, una maestra le preguntó a un niño de primari a qué personaje quería representar en la obra de teatro navideña del colegio. Y el niño respondió: «maestra, me gustaría ser el buey».
La maestra se llevó las manos a la boca y le dijo que no fuera grosero. Pero el niño le replicó que así se lo había dicho su hermano mayor que está estudiando para ser sacerdote. Y le explicó: “mire, maestra, el Niño Dios es un bebé pequeñito, y está haciendo mucho frío allá afuera. Por eso necesita calor. El oro, el incienso, y la mirra son buenos, pero ahora no los necesita. No los puede tomar con sus manitas. Sólo tiene frío. Y el buey le da calor al estar a su lado. Por eso en navidad me gusta ser el buey”.
Llegó el día de la representación y todo el público se llevó una grata sorpresa cuando vieron que el buey no paró de soplar aire caliente al recién nacido durante toda la obra de teatro.
Este niño realizó bien su papel. Así también se puede entender la misa de Noche Buena: las personas se acercan al Niño Dios, en la misa de Noche Buena, representando a algún personaje del Nacimiento. Es curioso, el niño escogió no el personaje más bello sino un personaje que podía satisfacer una necesidad del Niño Dios.
Cada persona debería preguntarse: ¿qué personaje le gustaría ser cuando esté delante del Niño Dios en la noche de Navidad?
Quizá haya muchas distracciones que impiden hacer esta pequeña reflexión. En estos días se acostumbra comprar muchos regalos para los seres queridos. Y se puede olvidar que hay un Niño a punto de nacer. Jesús, envuelto en pañales y recostado en un pesebre, nunca pedirá demasiado a ninguno. Sólo reclamará un poco de compañía. Una noche, sólo una noche, pide ser acompañado. Pero mucha gente en la misa de Noche Buena lejos de representar al Buey se parece a los posaderos…
El buey es un personaje muy interesante para representarlo en la Misa de Noche Buena. No poseía grandes riquezas para poder obsequiar al Niño Dios como los otros, ni siquiera estaba engalanado. Simplemente era buey. Todo su ser y poseer era él mismo y no tuvo pena de estar presente ante Dios en la noche más especial de los tiempos. A María y José no les importó que el buey estuviera un poco sucio, como lo están todos los bueyes en los establos, porque sabían que el buey le hacía el frío más llevadero a su Hijito.
En esta noche, como en la tarde del Calvario, Cristo nos dice: «tengo sed». Tengo sed de almas que están alejadas de mí y por las cuales he venido. Sólo que ahora no son palabras, son quejiditos de un recién nacido.
Por eso, realmente, no importa lo que uno sea o lo qué haya hecho. Lo que importa es tener esa confianza de ser aceptado por el Niño Dios. No hay que tener miedo. Jesús no miró la suciedad o el aspecto del buey sino su humildad. La humildad es la primera condición para estar cerca de Jesús. Así también Jesús acoge a las almas que, con humildad, conscientes de su pequeñez y de su pecado, se acercan a Él.
Navidad es un buen momento para ver nuestras faltas a la luz del amor de Dios y dejarnos cegar por su misericordia. Haz la prueba y verás qué bueno es el señor. Jesús tiene frío porque hay muchas almas alejadas de Él. Acércate al Niño Dios en esta Navidad.

Carlos Abascal fallece dejando un gran legado

Fuente: Yoinfluyo.com

En honor a Don Carlos Abascal Carranza, fallecido el día de hoy, segundo día del mes de diciembre de 2008, y por su Familia.

Hoy recordamos los relatos llenos de esperanza de aquellos personajes de nuestra historia que entregaron su vida ofrecida a Cristo Rey. Hombres y mujeres que sentían, expresaban y entendían que había “cielo gratis”. Incluso recordamos aquella expresión del niño cristero, el mártir de Sahuayo, al que le permitieron un último mensaje a sus padres a quienes les dijo: “…en el cielo nos vemos. ¡Viva Cristo Rey!”.
Es que no se puede entender la vida sin la otra Vida, no podemos entender nuestro transitar por este mundo tan complejo y tan humano sin el cielo tan esperado. Este transitar que se resuelve en el tiempo, que a su vez no es más que la oportunidad que Dios nos da para salvarnos.
Y cuando vemos y vivimos testimonios de hombres como Don Carlos Abascal, no queda más que agradecer a Dios esa oportunidad vivida, además de imaginar cómo las puertas del cielo se abren con júbilo para recibir a un hijo predilecto, como aquellos grandes hombres que dieron su vida por la Fe.
¡Es el cielo prometido!, donde María Santísima, San José y todos los santos, están gozando de la presencia de Dios, una descripción tan limitada como la mente humana, pero tan prometedora por ser así.
¿Y qué va a dejar en la tierra este gran hombre, padre de familia, mexicano y ejemplar político, con un testimonio de vida como el suyo? Gracia, que se derramará especialmente en su familia, pero estoy seguro que alcanzará a México, dado el gran amor que sentía por su patria… nuestra amadísima nación.
Además, el gran sufrimiento que le atrajo su enfermedad, que abordó con gran fortaleza, gallardía y alegría ­–que lo caracterizaron toda su vida–, lo convirtieron en otro Simón de Sirene.
Con esto Dios le dio la oportunidad de caminar hombro a hombro con Cristo, y ser corredentor junto con todos los que sufren en el mundo.
¿Pero quién es el esposo que vive esto sin la mujer que lo ha acompañado toda su vida? ¿Quién es el hombre con cabeza de hierro y corazón de fuego, sin la pasión y la ilusión? ¿Quién es el hombre sin la mujer junto con la que sembró los frutos de vida que los trascienden? Este legado, derivado de la gran oportunidad que Dios nos brinda al ser co-creadores, queda también en su familia.
Doña Rosa Martha, Rosy, Rodrigo, Gonzalo, Luz… este debe ser un momento de profundo dolor, pero al mismo tiempo de gran alegría, porque un hombre justo, Don Carlos, esposo y padre, que ha dejado de estar entre nosotros, deja también un legado de vida que nos da la certeza, como él mismo lo decía, de que “encontró el camino de regreso a la casa del Padre”.
Por eso, con el corazón en la mano, el equipo de Yoinfluyo.com se une a la pena que les embarga.
De la misma forma, aprovechando este medio, ofrecemos un recuento pequeño del legado de Don Carlos Abascal. La versión estenográfica de su último discurso pronunciado en la Universidad Anáhuac, sus palabras y su semblanza.
Con profundo cariño para la Familia Abascal Olascoaga de parte de Yoinfluyo.com.


Carlos Ma. Abascal Carranza +, que descanse en paz

Jessica Oliva
martes, 02 de diciembre de 2008

“El amor es servicio”.
Carlos María Abascal Carranza

Los mejores líderes son los que dejan huella por donde pisan, los que inspiran: los que, con su testimonio de vida, empujan a los demás a dejar también el cuerpo y el alma en la lucha por la persona humana. Y la vida de Carlos Ma. Abascal Carranza es un ejemplo que arrastra, que deja un camino de esperanza.
Carlos María Abascal nace el 14 de junio de 1949, en México. Estudió la carrera de Derecho en la Escuela Libre de Derecho y se caracterizó a lo largo de su vida por defender la dignidad del ser humano, el amor por el servicio y la fe católica.
Demostró a los jóvenes más incrédulos que se puede ser exitoso sin perder de vista la fe, los valores y el amor. Enseñó con sus acciones que, en esta sociedad tan tibia, en la cual ya nadie desea desgastarse por una causa social, vale la pena apasionarse, entregarse por completo al servicio del bien común.
Comenzó su vida laboral en la Editorial Jus. Sin embargo, es en la empresa Afianzadora de Insurgentes en donde recae la mayor parte de su experiencia profesional, pues, con trabajo y esfuerzo, logra recorrer todas las áreas, desde Mensajería hasta la Dirección General. Después de 30 años de servicio, se jubila como CEO y Director General en 1994.
En su trayectoria pública destaca su labor como líder de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), así como la firma en 1995 del compromiso “Hacia una Nueva Cultura Laboral”, con la Confederación de Trabajadores de México (CTM).
Asimismo, fue presidente de la Fundación para el Desarrollo Sostenible en México, vicepresidente del Instituto Mexicano de Doctrina Social Cristiana (Imdosoc) y presidente del Consejo de Administración de Proliber.
En septiembre de 2000, se vuelve parte del Equipo de Transición del recién presidente electo, Vicente Fox, como cabeza de la coordinación laboral, en la Secretaría del Trabajo.
Cinco años después, tras la renuncia de Santiago Creel a la secretaría de Gobernación, quien buscaba la candidatura a la presidencia, Carlos Abascal fue nombrado cabeza de dicha dependencia. Como secretario de Gobernación se caracterizó por su maestría política y por sus triunfos al instaurar acuerdos y diálogo entre sectores antagónicos.
En el ámbito académico, fue conferencista sobre temas filosóficos, económicos, empresariales, educativos, laborales, históricos, políticos, entre otros. Asimismo, realizó diversas investigaciones de Alta Dirección de Empresas para el Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresas (IPADE).
El 26 de noviembre del presente año, Carlos María Abascal Carranza fue condecorado con el grado de Doctor Honoris Causa por la Universidad Anáhuac México Sur, debido a su gran aportación social a través de la empresa, el gobierno y la política, siempre con la dignidad de la persona humana como eje de sus acciones.
Fue fiel defensor del derecho a la vida, de la dignidad humana, de la ley divina, del amor, del servicio y de la familia. Se caracterizó por inspirar a los jóvenes a descubrir su vocación social y a colocar a la persona humana como centro de todas sus acciones.
Carlos Abascal logró combinar dos elementos que hoy se consideran opuestos: la fe y la razón. Demostró con sus políticas y proyectos que éstos no son opuestos, sino complementarios, pues la fe, el amor a Dios y el deseo de sacrificio son los elementos que generan grandes resultados.


Carlos Abascal y sus últimas palabras a los jóvenes

Carlos María Abascal Carranza
martes, 02 de diciembre de 2008
Agradezco a la Universidad Anáhuac del Sur, a su Consejo y al Sr. Rector Javier Vargas Diez Barroso el doctorado Honoris Causa que inmerecidamente hoy se me otorga, pues es ésta una institución de educación superior que ha venido especializándose en la formación de jóvenes que, en diferentes disciplinas, sepan ejercitar un liderazgo integral. Esta Universidad, sin renunciar a su quehacer científico técnico, ni a la investigación metodológica para buscar la verdad, sigue abordando de frente, el problema del sentido último de la vida y de la relación del hombre con Dios, convencida, como lo está de que fe y razón no se excluyen, sino que se complementan.

Cristianismo: Transformar en el amor
Me interesan especialmente los alumnos de esta prestigiosa universidad, quienes deberán hacer gala de tal liderazgo para transformar México a la luz de los valoresf eternos. Por ello, más que una erudita reflexión cuyo destino sea, en el mejor de los casos, algún rincón de la biblioteca, me ocupa el tema más trascendente que puede haber para alguien que se dice seguidor de Cristo, cristiano, y que asumfe todas las consecuencias inherentes.
El ser humano nace, vive, muere con dos sellos indelebles: el sello de criatura de Dios, quien le comunica la inmensa dignidad que posee, precisamente por haberlo creado a Su imagen y semejanza; y el sello de su irrenunciable vocación social, que le exige ser comunión con todos sus semejantes, si quiere realizar la vocación que él, y nadie más que él, puede y debe realizar durante su existencia temporal.
La mayoría de las personas se detienen a reflexionar en el segundo sello, y se apoyan con frecuencia, mutilándola, en la expresión del propio Jesucristo, cuando afirma “Dad a Dios lo que es de Dios, y al César lo que es del César”. En el afán de dar al César lo que es del César, se olvidan de que hay que dar a Dios lo que es de Dios.
¿Y qué es de Dios? Nada más y nada menos que la integralidad de la persona humana, en todas las manifestaciones de su vida, porque es el pensamiento amoroso de Dios el que da vida al ser humano.
Hay quienes pretenden construir una visión antitética, opuesta entre ambos sellos, de manera tal de que darle a Dios lo que es de Dios implicaría arrebatarle a la sociedad y al Estado lo que les corresponde, y viceversa. Por eso Nietzsche llega al atrevimiento de afirmar que Dios ha muerto, así, el Estado no tiene que compartir con nadie el dominio sobre el hombre.
Otros más excluyen totalmente de la vida pública la presencia de Dios, y prefieren prescindir del primer sello, arrinconándolo a la mera vida privada, arguyendo razones históricas, no siempre apegadas a la verdad y, desde luego, acontecimientos en los que sin duda hubo graves errores humanos, magnificados a veces y convertidos en leyenda negra por diferentes corrientes de pensamiento.
Dar a Dios lo que es de Dios no es un asunto privado, es un asunto personal porque la fe no se le impone a nadie, porque ser cristiano es encontrarse personalmente con Cristo y pedirle que nos transforme en el amor, por el amor y para el amor para servirlo en los demás hombres, porque Cristo, que es Camino, Verdad y Vida, nos legó una fe cuyo objeto no es que cada cristiano cumpla ciertos preceptos y prácticas externas, sino que cada cristiano y todos juntos transformemos la realidad temporal con el espíritu del Evangelio, que es el espíritu del Amor, de la Justicia, de la Unidad y del Bien.
Es cierto: el reino de Jesús no es de este mundo; pero el único lugar en el que los hombres preparan el advenimiento del Reino de Dios es este mundo. ¿Cómo podría un cristiano seguir a Dios, en particular a Cristo Jesús, si niega su relación primaria con Él, o por lo menos la asume como si fuese asunto privado, dejando de ser lámpara que ilumina y sal de la tierra? Pienso que la mayor censura a Dios en la vida pública, proviene de cristianos que se autocensuran para hacer sólo lo políticamente correcto a los ojos de los demás. El catolicismo no es la religión del libro, o de las meras prácticas externas sino la religión del encuentro personal con Cristo que todo lo transforma gracias al Amor. Todos los cristianos tenemos la misma misión básica: llevar a Cristo al mundo y llevar el mundo a Cristo. Es decir, tenemos la misión de ser sus testigos.Es claro que en aras de la libertad religiosa cada persona tiene derecho a realizar las prácticas de culto externo propias de su fe, cualquiera que ésta sea, sin afectar el orden público; pero en esta reflexión doy por sentado que el católico, en lo general, en el contexto jurídico de México, no tiene trabas para hacerlo con naturalidad. El reto más profundo consiste en vivir con naturalidad tales prácticas externas, como un derecho humano irrenunciable, realizando al mismo tiempo el encuentro con Jesucristo en el otro, para transformar la realidad temporal con el espíritu del Evangelio, en la política, en la economía, en la cultura, en lo social. Siempre con alegría, con gran profesionalismo, con generosidad. Como dice el Arzobispo de Denver, Charles Chaput: “como creyentes tenemos obligaciones. Como ciudadanos también. Tenemos que honrar ambas o no honraremos ni unas ni otras”.
Para que el servicio a los demás sea eficaz, el cristiano ha de prepararse toda su vida para ejercitar, sea cual sea su profesión, un liderazgo integral, capaz de contribuir a eliminar las causas estructurales de la pobreza, a darle plena vigencia al Estado de Derecho, a propiciar una justa distribución de la riqueza; a crear un ambiente de pleno respeto a los derechos humanos (incluido el de la libertad religiosa), a respetar y promover el principio de autoridad y a las instituciones, a participar activamente en la democracia; a hacer un uso responsable del medio ambiente, a educar, siempre desde la perspectiva del amor que le permita ver en cada persona el rostro de Cristo.
Puesto que la relación con Dios es personal, pero no privada, la sociedad y el gobierno deben promover el respeto a todos los credos religiosos en el marco, como lo asienta Sarkozy, Presidente de Francia, de una laicidad positiva que permita aprovechar toda la herencia religiosa, innegable e irrenunciable, que permea absolutamente toda nuestra cultura, particularmente en los países de origen y trayecto cristiano. Ningún Estado que pretenda construir el bien común, aprovechando todas sus fuerzas, toda su historia, toda su cultura, puede darse el lujo de prescindir, de ocultar, de soslayar estos principios que están en el punto de partida de nuestra propia civilización. Por eso el Cardenal Ratzinger afirma que el estado laico, es decir, la legítima autonomía entre lo temporal y lo espiritual, es una conquista de la civilización. "En una sociedad pluralista, la laicidad es un lugar de encuentro y comunicación entre las diversas tradiciones espirituales y la Nación”, afirmó Juan Pablo II. Transformar la realidad
El cristiano que vive en el mundo, que participa en la política, en la economía, en la cultura, en lo social, tiene el deber de trabajar para lograr estándares éticos cada vez más elevados en la convivencia social, siempre usando argumentos propios de la razón. Las razones del cristiano se basan en la naturaleza humana y en la realidad de las cosas, coincidiendo diversas religiones con dichas razones, aun desde el punto de vista teológico. Para el cristiano, construir el amor, la unidad, el bien es un deber insoslayable, pues tales bienes de la convivencia derivan de su fe en Aquél a quien dice seguir y amar y se concretan en la relación con el otro y con los otros. Cuando el cristiano actúa así, el estado laico se fortalece con la riqueza de la aportación de los creyentes y también con la de los no creyentes. Pero que quede claro, en ningún momento se pone en riesgo el estado laico. A nadie se le impone una religión, pues el cristiano actúa a la luz natural de la razón y se favorece de la inclusión y la tolerancia.
Al prescindir, de hecho, por un laicismo excluyente, de la presencia de las grandes religiones, así sea sólo a través de los laicos, la sociedad y el Estado agudizan los problemas de la convivencia, pues parte importante de la crisis moral que vive nuestra sociedad proviene del abandono de muchos de los fundamentos morales de la convivencia: el cumplimiento de la palabra, la justicia, el amor, la veracidad, el respeto irrestricto a la vida y a la familia; el respeto a la propiedad, el cuidado de los más débiles, la justa distribución de la riqueza. Afirmo que, hoy más que nunca, la vida pública requiere de mujeres y hombres de vigoroso carácter moral, con una sólida formación espiritual y con un compromiso indeclinable de ser cristianos de tiempo completo y al servicio de la nación.
Bien vale la pena gastar nuestra vida al límite, al servicio de Jesucristo. Conforme a la parábola de los talentos, no pretendamos llegar ante Él como jubilosos jubilados, sino como incansables trabajadores de la mies.
El cristiano tomará fuerzas, con naturalidad, de la vida diaria de sacramentos y de oración. En mi opinión, lo que les falta a muchos católicos en la vida pública es un vigoroso acompañamiento en el estudio, en la oración y en el sacrificio y en la práctica de los sacramentos.
Pienso que urge que actuemos con más eficacia el campo de la convivencia social, pues ahí se dan las más variadas relaciones entre los hombres.
De hecho, es indispensable devolverle a la democracia fundamentos sólidos de valores eternos, derivados del orden natural de las cosas, pues la democracia despojada de valores estables tiende a la anarquía pues sólo prevalecería la creación de convencionalismos para la convivencia por la vía de la construcción de mayorías parlamentarias. Es imperativo que el Estado de Derecho tenga su mayor fortaleza en normas positivas fundadas en el derecho natural.
Hoy hay un razonable acuerdo en que la libertad económica, con matices, y la democracia con sus particularidades, son la manera más adecuada para organizar la convivencia entre las naciones y al interior de las mismas.
Sin embargo, cuando analizamos con más agudeza nuestra época, la disputa pública y cultural ya no está centrada en el modelo económico ni en el político, sino en los valores que le dan sentido a la persona y orientan su conducta.
Hoy somos parte de una batalla antropológica cultural en la que el poder político reclama para sí la facultad de definir al hombre, muchas veces socavando su libertad y dignidad. Ante esta realidad, la verdad acerca de la persona humana conocida por la razón e iluminada en su totalidad por la Revelación, constituye el arma fundamental para dar la batalla en la defensa y promoción del ser humano.
Testimonio Cristiano
Algunas personas piensan que obtener éxito material y vivir congruentemente la fe es imposible.
Es ésta una premisa falsa de la cual hay muchos ejemplos. No obstante, es cierto que en diversas ocasiones, el cristiano tiene que elegir entre su éxito personal y la fidelidad a Cristo. Y esto sucede especialmente en lo político y en lo económico.
El hedonismo, materialismo e individualismo que prevalecen en nuestro tiempo, no borran, pero sí opacan el primer sello al que he hecho referencia. El ansia de dinero, poder, placer y éxito, avasalla muchos corazones.
El cristiano que suele hacer de su fe en Jesucristo un asunto privado, difícilmente descubrirá en su encuentro con el otro, un encuentro con Jesucristo que lo transforme a él en el amor, por el amor y para el amor, y por lo tanto, hará prevalecer sus apetitos personales por encima y aun en contra del bien de los demás.
A lo largo de mi vida he aprendido algunas cosas. Mi familia, mis confesores, maestros y amigos y muchas personas me han ayudado, sobre todo, a amar la voluntad de Dios y a pedir perdón; porque lo importante durante la vida temporal es conocer el camino de regreso a la casa del Padre, confiado en Su misericordia, cosa que sin duda se expresa en el mandamiento nuevo, pero que se desglosa de una manera espléndida en la Oración del Papa Clemente XI, misma que rezo con todos mis equipos de trabajo desde hace muchos años y que ha producido abundantes frutos, porque todos ellos son mujeres y hombres de fe y de bien, con sus dos sellos muy bien puestos. A todos ellos, gracias y que Dios los bendiga.
Creo en ti, Señor, pero ayúdame a creer con firmeza; espero en ti, pero ayúdame a esperar sin desconfianza; te amo, Señor, pero ayúdame a demostrarte que te quiero; estoy arrepentido, pero ayúdame a no volver a ofenderte.
Que tu sabiduría, Señor, me dirija y tu justicia me reprima; que tu misericordia me consuele y tu poder me defienda.
Todo aquello que quieres tú, Señor, lo quiero yo, precisamente porque lo quieres tú, como tú lo quieras y durante todo el tiempo que lo quieras.
Dame tu gracia para ser obediente con mis superiores, comprensivo con mis colaboradores, solícito con mis amigos y generoso con los que se dicen mis enemigos.
Ayúdame, Señor, a superar con austeridad el placer, con generosidad la avaricia, con amabilidad la ira, con fervor la tibieza.
Que sepa yo tener prudencia, Señor, al aconsejar, valor en los peligros, paciencia en las dificultades, sencillez en los éxitos.
Enséñame, Señor, a comprender la pequeñez de lo terreno, la grandeza de lo divino, la brevedad de esta vida y la eternidad futura.
Concédeme, Señor, una buena preparación para la muerte y un santo temor al juicio, para librarme del infierno y obtener tu gloria.
Por Cristo nuestro Señor, Amén.
De manera muy especial, quiero agradecer a mi esposa, Rosa Martha; ella y yo fundamos nuestro hogar hace 35 años (lleno de luz y alegría, y también de cruz y pobreza) del cual brotaron, por obra del amor, cinco hijos y, hasta ahora, seis nietos. El Señor Jesús, al ver actuar a mi esposa, no habría hecho la distinción entre Martha y María, porque ella es las dos a la vez. Rosy ha sido, es y será el amor y la inspiración de toda mi vida. Gracias, mi Rosy, por haber caminado delante de mí, varias veces, la senda de regreso a la Casa del Padre.
Gracias por tu alegría, por tu capacidad de darte a los demás, gracias por ser tan previsora, gracias, sobre todo, por tu capacidad de amar.
¡Jóvenes! Tomen clara conciencia de que son hijos de Dios que están de paso en la tierra y que lo que le da sentido a la vida es precisamente el amor.



Acompaña

Un apostolado para las personas que sufren

Por: Querien Vangal
Siempre me ha llamado la atención sobremanera todo lo referente al sufrimiento, y no pocas veces me he preguntado ¿por qué tienen que sufrir las personas? A pesar de las múltiples y lógicas respuestas que pueden surgir, siempre queda en mí un sabor de gran duda, de no entender. En esa tesitura, me llamó especial atención un documento que cayó casualmente en mis manos, conteniendo una especial referencia acerca del Apostolado para las Personas que Sufren. Los beneficiarios del apostolado son el matrimonio, el esposo o la esposa católicos que sufren de manera sorpresiva:
• Porque un hijo(a) o su cónyuge padece una grave enfermedad o accidente, o • porque ha muerto un hijo(a) o su cónyuge, son también beneficiarios los matrimonios o cónyuge que aún declarándose no católicos desean ser apoyados. El apostolado pretende otorgar bajo la inspiración del Espíritu Santo el dar y manifestar el amor de Dios Misericordioso a través de actos de acompañamiento que le permitan a los beneficiarios afrontar su sufrimiento por enfermedad o pérdida de un ser querido con más paz, madurez y sentido, mediante las siguientes acciones:
• Comprensión y empatía amorosa: “Estoy contigo” o Disponer de material para oración y lectura
• Oración contigo, por ti, tu familia y por tu ser querido
• Organización de ramilletes espirituales
• Facilitar acceso a sacerdotes y sacramentos
• Apoyo en actividades rutinarias cuya continuidad se ven afectadas o El colegio y actividades extra-escolares de los niños o Funcionamiento de la casa, entre otras
• Participación en reflexiones comunitarias y grupos de apoyo
De manera que:
• Para los beneficiarios que tienen fe, ésta se acreciente nutriendo la esperanza en la vida eterna y así recobrar la paz interior y el verdadero sentido de la vida.
• Para los beneficiarios que no tienen fe, esperamos que esta experiencia de amor fraterno despierte – con ayuda del Espíritu Santo- el deseo de recibir la fe.

En síntesis, acompañamos con actos de amor fraterno para ayudar a las personas que sufren a recuperar el sentido de la vida, a encontrar un ¿para qué? más que un ¿por qué?
Buscamos la anuencia voluntaria de la persona que sufre. Somos respetuosos de su libertad de respuesta. Actuamos con humildad, paciencia y disponibilidad respetando el momento y los tiempos personales.
Es perseverante, nos mantenemos constantes en el propósito, respetando la forma, el momento y los tiempos.
Es responsable, cuando identificamos necesidades en las que no estamos preparados para ayudar, lo decimos y las canalizamos adecuadamente.
El apostolado Acompaña está constituido por grupos independientes de voluntarios bajo la tutela de un coordinador general de dicho grupo. Cada grupo define su área geográfica de trabajo o cobertura, generalmente ligada a la zona de influencia de una parroquia, barrio o colonia. Es allí donde el voluntariado es capaz de ofrecer todos los servicios de acompañamiento.
Cada grupo de Acompaña para realizar de manera más efectiva y eficiente la creación y la entrega de servicios de acompañamiento, ésta organizada en equipos de voluntarios especializados en cada tipo de servicios de acompañamiento, estos equipos son llamados unidades de servicio de acompañamiento. Cada uno de estos equipos esta liderado y administrado por un Coordinador de la unidad. Los ámbitos de los servicios de Acompaña son de carácter humano y espiritual
Unidades de servicio
I.- Acompañamiento personal y coordinación del acompañamiento.
Cercanía personal, comprensión y empatía amorosa.
El contacto acompaña prudentemente ofrece el “estar con” de acuerdo a los tiempos y necesidades de los beneficiarios, tiende puentes hacia la esperanza, ayuda a “cargar la cruz”, ofrece un medio de escucha, permite y favorece el desahogo, esta cerca, realiza lecturas espirituales, ofrece todo el apoyo pretendiendo aportar “CONSUELO”.
El contacto acompaña ha recibido la preparación debida para poder ejercer esta función.
II.- Oración.
Oración contigo, por ti, tu familia y por tu ser querido.
Realización de ramilletes espirituales por las intenciones de los beneficiarios mediante oración comunitaria, oración individual y ofrecimiento de sacrificios y obras de misericordia. Todos los casos atendidos gozan del beneficio de las misas a perpetuidad que se celebran en Tierra Santa por las intenciones de Acompaña.

El fruto de la oración siempre será la paz interior.
III.- Extender la mano.
Apoyo en actividades rutinarias cuya continuidad se ven afectadas. Ayudar a los beneficiarios con acciones prácticas de la vida diaria de manera eficaz y diligente, logrando así aligerar una carga que resulta difícil de manejar ante la situación que se ésta viviendo, se identifica que tareas cotidianas son difíciles de compaginar ante la situación de sufrimiento para que los voluntarios adscritos apoyen en su realización. Entre las actividades se incluyen:
• organizar casa: comida, súper, bancos, recoger niños, papelería, etc.
• ayudar con las tareas a los hijos
• recordatorio de los trámites legales y fiscales que se deben realizar
IV.- Acompañamiento grupal.
Mediante reuniones grupales enfocadas al dolor y al sufrimiento, ayudar al beneficiario a crecer en la fe y permitir la llegada del Espíritu Consolador y con ello alimentar la esperanza dándole un nuevo sentido al sufrimiento
V.- Acceso a Sacerdotes y celebraciones Eucarísticas.
Facilitar a los beneficiarios el acceso a sacerdotes y celebraciones Eucarísticas de manera conveniente mediante una base de información de disponibilidad de sacerdotes y procedimientos para organización de Misas por sus intenciones particulares.
VI.- Acceso al Sacramento de la Comunión.
Facilitar a los beneficiarios el acceso al sacramento de la comunión de maneara conveniente mediante una base de información de disponibilidad de voluntarios Ministros Extraordinarios de la Sagrada Comunión (MESC) y Capellanes de hospitales.
La información que maneja Acompaña para cumplir con sus propósitos es considerada CONFIDENCIAL.
Los coordinadores realizan reuniones periódicas para evaluar los frutos del apostolado.
Proceso de operación de Acompaña.
1.- Identificación y notificación del caso a unidad de Acompaña-central
2.- Aceptación o rechazo del caso.
3.- Designación del responsable para el caso (contacto-acompaña).
4.- Introducción de Acompaña a los beneficiarios (acompañamiento inicial).
5.- Ofrecimiento de servicios de acompañamiento y seguimiento.
a. Identificación de necesidades y solicitud de servicios.
b. Entrega de los servicios de acompañamiento.
c. Mantenimiento prudente del contacto cercano y personal.
6. -Cierre del caso y su evaluación.
Cuando los beneficiarios o su ser querido no vive o no está en algún hospital dentro del área de cobertura del grupo que identificó el caso, el grupo tratará de identificar si hay algún otro grupo de Acompaña que si tenga la cobertura. Si no existe un grupo con dicha cobertura, los beneficiarios recibirán todos los servicios que no dependen de la cobertura (Ramilletes espirituales por ti y tus seres queridos).
Todos los voluntarios están comprometidos a orar y opcionalmente a realizar actos espirituales por las intenciones de los casos nuevos. Cada lunes los voluntarios reportan al coordinador de ramilletes espirituales sus oraciones y actos espirituales individuales para integrar el ramillete espiritual de la semana, dedicado por las intenciones de los casos nuevos. Comunicación de los ramilletes espirituales semanales a los beneficiaros.
El contacto-acompaña, utilizando de ser posible el consejo de su enlace, se acerca a los beneficiarios de una manera prudente y realiza el acompañamiento inicial utilizando el siguiente ordenamiento:

a.- Presentación y explicación sobre “Acompaña”, utilizando y entregando el “Kit Acompaña”, que aplique, ya sea por enfermedad o por muerte.
b.- Ofrecer el sacramento de la comunión, en su caso.
c.- Ofrecer realizar oraciones en el lugar
d. Compartir que sus intenciones ya se han agregado a las oraciones que el voluntariado de Acompaña realiza.
e.- Ofrecer nuestros servicios de acompañamiento.
f.- Comunicar claramente como puede ser contactado.
El contacto-acompaña permanece prudentemente al tanto de la situación, permitiendo que los beneficiarios decidan si desean más apoyo de Acompaña, en cuyo caso el contacto-acompaña identifica y requiere a las unidades de servicios de acompañamiento para recibir los apoyos que apliquen. Acompaña-central se asegurará de que los servicios de acompañamiento se cumplan de acuerdo a los niveles de servicio definidos, contando con un voluntariado adecuado en cantidad y calidad, se reportarán mensualmente las altas, bajas y cambios de la información de voluntarios y afiliados adscritos además de la existencia de una retroalimentación constante para establecer la mejora continua de los procesos operativos, manteniendo actualizada, para cada caso, la información de los servicios entregados por parte del responsable. Acompaña tiene definidos 3 acercamientos obligatorios de parte del contacto-acompaña posteriores al acompañamiento-inicial, estos siempre deben de ser realizados como puntos de control a menos que el caso ya se encuentre cerrado. Estos 3 acercamientos se realizan de manera prudente a los 7, 14 y 90 días posteriores al acompañamiento-inicial.
El ciclo de vida de un caso va desde que el caso es notificado hasta que es cerrado, el caso pasa por diferentes estadios que nos permiten identificar de manera sencilla en que parte de su ciclo de vida se encuentra. Para cada uno de estos estadios posibles se ha designado un nombre, a saber:
• Nuevo: El caso ha sido identificado por el voluntariado y ha sido notificado.
• Evaluándose: El caso está en la unidad de acompañamiento evaluándose su aceptación o rechazo.
• Rechazado: El caso no será atendido por Acompaña, se notifica la razón al voluntario que notificó.
• Aceptado: El caso será atendido por Acompaña, está pendiente designar al contacto-acompaña.
• Activo-en-zona: El caso tiene designado un contacto-acompaña y está en la zona geográfica del grupo de Acompaña.
• Activo-no-zona: El caso tiene designado un contacto-acompaña y solo tendrá servicios complementarios de la unidad de ramilletes espirituales por estar fuera de la zona geográfica de trabajo.
• Activo-pendiente: Los beneficiarios de un caso Activo-en-zona han solicitado no recibir, por lo pronto, acercamientos presenciales por parte de Acompaña.
• Cerrado: El caso ha sido declarado cerrado y termina su manejo.
Cuando los servicios no están en el ámbito de Acompaña, el contacto-acompaña aclara que este servicio no está dentro de nuestra capacidad y de ser posible se canaliza con un tercero.
Se llevarán a cabo indicadores de desempeño que permitirán controlar la capacidad de acompañamiento del apostolado y se observara periódicamente el fruto que el apostolado esta proporcionando.

Si de veras es cierta toda esta actividad para consolar a las personas que sufren, resulta ocioso alabar la excelsitud del referido apostolado. Lo triste sería que no pasara de buenas intensiones como tantas cosas que aparecen aquí, allá y acullá. Dios los bendiga si sí o los anatematice si no.

«Solamente el que sufre o ha sufrido sabe la necesidad de consuelo, tolerancia y comprensión. Bienaventurado sea el que comprende esta necesidad y está dispuesto a ofrendar su vida en aras de consolar a los que sufren»