sábado, 3 de octubre de 2009

El futuro del trabajo (y el trabajo del futuro)

Con dedicatoria especial para la mujer

Para Ti

El nuevo milenio parece arrasar con todas las estructuras y paradigmas que hasta poco parecían inamovibles. El mundo del trabajo no queda fuera de esta dinámica: empresas globalizadas, trabajo en red, nuevos idiomas y carreras, regímenes laborales desestructurados, y un nuevo agente socioeconómico que avanza a pasos agigantados: el emprendedor. El universo laboral, tal como lo conocíamos, ha desaparecido. Las reglas de juego cambian cada día y los que no se adaptan se quedan afuera.
“Todo se ha vuelto tan rápido que cualquier predicción hecha hoy puede quedar vieja mucho antes de lo pensado o ser absolutamente errada. Lo que se puede advertir es que se profundizarán una serie de cambios que se han iniciado en los últimos años y que tienen que ver con el proceso de globalización de las empresas y la tecnología, los dos causantes de esta verdadera revolución del mercado laboral que vivimos en los últimos 15 años”, define Alicia Belous, psicóloga especializada en la detección y desarrollo de talentos de la consultora en Recursos Humanos Human Integrity. Por su parte, Mariela Mociulsky y Ximena Díaz Alarcón, directoras de la consultora Trendsity y especialistas en tendencias, remarcan un cambio fundamental en la cosmovisión de los jóvenes que marcará los próximos años: “Se profundizará en el futuro la vocación como factor de elección de carrera. En la actualidad, es socialmente valorado por los jóvenes, tanto varones como mujeres, el tener una pasión, el ser auténticos, originales y creativos. Esto se relaciona con que hoy el estatus no deriva solamente del acceso al consumo o la experiencia, sino que está desplazándose hacia algo menos afectado por la aspiración y más inscripto en la inspiración. De ‘Mi hijo el doctor’ a ‘Mi hijo el chef’. Pesa el mandato de ‘ser único’”.
De profesión entrepreneur. En este nuevo escenario no es sorprendente el surgimiento de una nueva ocupación: emprendedor. Se trata de una tendencia mundial que comenzó hace casi dos décadas pero que desde hace al menos diez años tiene la categoría de fenómeno estable. “Argentina es uno de los países que encabezan esta tendencia: ocupa el séptimo lugar en el ranking mundial de la Tasa de Actividad Emprendedora, fenómeno que se explica por varias razones: somos un país forjado por inmigrantes, personas que hicieron un futuro de la nada; el entrenamiento que nos dan las crisis cíclicas nos hacen personas más creativas y activas frente a desafíos”, explica Alejandro Mashad, director ejecutivo de la Fundación Endeavor, una ONG internacional que promueve y apoya la actividad de los emprendedores. Por su parte, el economista Damián Kohan, consultor y docente del portal de capacitación para emprendedores y pymes Interaula, agrega: “Hay un factor recurrente en los emprendedores que es la disconformidad con la relación de dependencia: el trato, los horarios, la competitividad, la falta de estímulos y de reconocimiento al esfuerzo, etc.”. Sin embargo, ambos especialistas coinciden en que no es fácil ser un emprendedor y tener éxito. “Todos pueden ser emprendedores, porque no es una habilidad innata sino una actitud y las actitudes se adquieren. Se necesita capacitación para aprenderla y desarrollarla. La actitud emprendedora es estar atento a las oportunidades, no tirarse a la pileta vacía, pero tampoco esperar a que esté llena porque entonces la oportunidad ya habrá pasado y, por último, tener tolerancia a la frustración para seguir creyendo en la idea más allá de los altibajos”, remarca Mashad. Y Kohan agrega: “No hay una receta de éxito pero lo fundamental, además de encontrar un rubro o actividad que nos interese realmente, es capacitarse, tomárselo con seriedad y tener disciplina. Sino, aunque sea una gran idea, no va a funcionar”.
LO QUE LAS EMPRESAS QUIEREN. La actitud del emprendedor no vale sólo para quienes buscan independizarse. Hoy, ser una persona proactiva es casi una condición sine qua non para insertarse en la nueva dinámica laboral, sin distinción de rubros y actividades: “Hoy el empleado que se busca es el prototipo del entrepreneur pero dentro de una estructura organizacional: es el intrapreneur”, define Mashad. Y Belous agrega: “Las empresas buscan gente responsable, comprometida, que sepa y quiera trabajar en equipo, que acepte los cambios y los viva como un desafío placentero”, señala la especialista, quien destaca que esta revolución comenzó a principios de los ’90 por la conjunción de los fenómenos tecnológico y global: “Se acabó el empleado de una empresa para toda la vida, que siempre tenía a López y a González de compañeros de escritorio, que siempre hacía la misma tarea y ninguna otra, que se especializaba sólo en una función, que fichaba a las 9 y a las 18, que tenía un jefe policía y a quien lo único que lo motivaba era su salario”, explica Belous.
A las empresas les preocupan más los resultados que los horarios, los empleados cambian de rol y trabajan en equipo. Una de las compañías emblema de esta nueva estructura laboral en la Argentina es Google, donde los empleados tienen que cumplir objetivos, todo el trabajo se hace en equipo, y entre oficinas y salas de reunión aparece un pequeño paraíso de entretenimiento de libre acceso, en el que se puede jugar al ping pong, a la Play Station o simplemente escuchar música en un cómodo sillón. “Nuestra política hace uso de las libertades que han permitido las herramientas tecnológicas a la hora de trabajar. En las reuniones hay gente que está presente físicamente y otros a través de chat con imagen y voz desde su casa, sea por la gripe A o porque no pueden venir. Esa libertad se traduce en una fuerte responsabilidad individual. Acá no hay control sino gente comprometida con su trabajo que se autocontrola. Por eso se hace una selección de personal muy exhaustiva, en la que la performance académica y la experiencia, si bien son tomadas en cuenta, no son tan importantes como el compromiso, la ejecución y la pasión de cada uno por las cosas que hace, tanto en su profesión como en el resto de las actividades que emprende en su vida”, explica Victoria Campetella, gerenta de comunicaciones de Google Argentina. En este sentido, Oscar Anzorena, licenciado en comunicación y director de DPO Consulting, consultora de desarrollo personal y organizacional, explica: “Las empresas hoy ponen el foco en lo que se llama competencias genéricas. Es decir, que además del saber específico del oficio o profesión, se buscan determinadas características para desarrollarse en un ámbito organizacional, que tienen que ver con la capacidad de vincularse, de resolver conflictos, de trabajar en equipo y de manejar grupos, especialmente cuando se trata de buscar líderes”.
Esta nueva dinámica está impulsada, según los especialistas, por la propia metamorfosis que el mundo del trabajo ha tenido en las últimas décadas, cuando se redujeron los empleos vinculados a tareas “mecánicas o estandarizadas”, típicas de las fábricas a favor de la expansión de áreas de servicios, logística, informática y telecomunicaciones, donde se trabaja con el conocimiento. En el nuevo paradigma cobra un valor primordial el bienestar de los empleados: las empresas generan buenos ámbitos y vínculos laborales. De la mano de este proceso es cada vez más común que las empresas contraten coachers para “entrenar” a sus líderes. “Los líderes de equipos deben ser capaces de acompañar y ayudar el desarrollo de las personas que conforman su grupo de trabajo, porque esto ayuda a los resultados y a la efectividad”, señala Anzorena. Además existe toda una serie de actividades, hasta hace unos años impensadas en un contexto laboral, creadas para fomentar la integración, mejorar los vínculos, profundizar la confianza en los equipos de trabajo o simplemente generar bienestar en los empleados, que van desde días de actividades deportivas o lúdicas al aire libre hasta clases de yoga o espacios de relax in company.
En el marco de estos cambios, Susana Calcaño y Edith Castro, directoras de la consultora Solved RR.HH., remarcan que la mujer se hace imprescindible: “Puede aportar no sólo sus características naturales como la dedicación o la tenacidad, sino que las empresas comienzan a pensar en ellas para llevar adelante proyectos de envergadura. Por su capacidad profesional y también por su capacidad para realizar diversas tareas al mismo tiempo. Hoy la imagen del directivo ideal ha cambiado: del líder autoritario y vertical se ha dado preponderancia al líder participativo, convirtiéndose en un escenario propicio para el desempeño femenino. Pero aún queda mucho por hacer”.
MUJERES AL FRENTE, UN POCO DE HISTORIA. Hablar de la inserción de la mujer en el mercado laboral hoy ya no es un tema novedoso. Sin embargo, hasta hace un siglo, trabajar era apenas el hobby de unas pocas osadas, que lo hacían en roles muy feminizados como empleadas de tiendas o costureras, o una actividad temporal hasta que llegaba la etapa superadora del casamiento y la nueva y definitiva ocupación de madre y ama de casa. Fue con la Primera Guerra Mundial que se dio un mayor ingreso de las mujeres en el trabajo aunque todavía no masivo, e impulsado más por una necesidad que por una elección. Esa necesidad explica el fenómeno de retracción de la mujer al hogar que los historiadores ubican en la década del ’40. “En Estados Unidos, en 1940, sólo trabajaba el 14% de la población femenina casada. En 1980, en cambio, ya lo hacía más de la mitad de las mujeres casadas. Entonces, la gran revolución del ingreso de la mujer casada en el mercado laboral, ocurrió entre 1945 y los ’70. Y fue por dos cuestiones: por un lado, la mujer burguesa aumenta la matrícula universitaria y quiere hacer valer sus estudios superiores, y por otro lado, en las clases bajas, los chicos dejan de trabajar para ir a la escuela y entonces, la mujer debe salir a trabajar para ayudar al sostén de su familia. Ambos procesos generan grandes desplazamientos sociales y una reconversión de la economía doméstica”, explica la historiadora Ema Cibotti. Es en esa etapa en donde toman fuerza las luchas feministas por los derechos laborales y por la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres. Se llega a los ’90 con una mujer que empieza a acceder a cargos directivos pero que en su lucha por ocupar puestos históricamente masculinos se masculiniza, en la vestimenta e incluso en el punto de separar radicalmente su rol de profesional de su rol de mujer y madre. De a poco, esa postura empieza a relajarse hasta llegar a hoy, cuando las mujeres llevan con el mismo orgullo ambos roles a la par. “Ya no está en discusión el acceso al mercado laboral sino a los lugares de decisión. En las bases hay muchas mujeres, pero cuando subís en la jerarquía encontrás menos mujeres en relación a los varones. Tenemos que volver a revisar nuestra cotidianidad con el hombre y negociar los roles domésticos”, remarca Cibotti.
Sobre esto, durante la última Conferencia Internacional del Trabajo celebrada el mes pasado en Ginebra, la OIT y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) presentaron el primer informe sobre Trabajo y Familia, que destaca: “La incorporación de las mujeres al trabajo ha puesto al descubierto la existencia de una rigidez en los papeles de género: hoy las mujeres comparten con los hombres el tiempo de trabajo remunerado, pero no se ha generado un proceso de cambio similar en la redistribución de la carga de tareas domésticas. La conciliación entre vida familiar o personal y vida laboral constituye ‘uno de los mayores retos de nuestro tiempo’”.
Resistiré

Para Ti
La cebra no es cebra sin rayas y el elefante no es elefante sin trompa, o al menos sería tan difícil reconocerlos, como a una clase media que no tiene la posibilidad de darse el gusto de salir a tomar un trago a un bar un viernes a la noche, o brindar con una copa de vino con un risotto sobre el plato. Pero, eso está ocurriendo y lo único que nos queda es que, al menos, no se note tanto. “La idea es no bajarse de los consumos simbólicos de pertenencia de clase, porque si dejaras de tener esos consumos sería complicado seguir sintiéndote parte de ella. ¿Cómo sentís que pertenecés a la clase media si no podés acceder a los mismos privilegios?”, analiza Ximena Díaz Alarcón, de la consultora Trendsity. Pero el panorama se presenta aterrador. La crisis económica mundial y la nuestra (casi eterna) en particular hace que mantener el estilo sea cada vez más difícil. En estos tiempos, la creatividad será el lazarillo que nos conducirá a seguir manteniendo el mismo status a menor costo. Y la comida gourmet es lo último que se deberá resignar.
HOY CENA EN CASA. Danny Bramson, uno de los cocineros del sitio www.cocinerosdeverdad.com cree que “no hace falta perder el glamour a pesar de reducir los costos”. Para que esto suceda recomienda darle una oportunidad a los cortes de carne “de segunda” para hacer platos un poco más elaborados de cocciones prolongadas: “El ojo de bife o el lomo es bastante más caro que una paleta o un osobuco, pero podés preparar cazuelas con mucha onda. Si uno usa las técnicas específicas te salen platos hasta más ricos de los que hubieses hecho con productos más caros”. Bramson recomienda comprar el pollo entero porque es más barato y pedirle al pollero que lo divida para guardar en el freezer las partes que no se usan. “Con los huesitos de las alitas que uno suele tirar se puede preparar un escabeche de pollo riquísimo o con el hígado que venden a un aproximado de 4 pesos el kilo se puede hacer un paté de hígado de pollo a la naranja que se puede servir con pan de campo preparado en casa y acompañado de una ensalada con verduras de estación. Así tenés una entrada re gourmet”, asegura Bramson.
En la verdulería lo mejor es comprar frutas y verduras de estación. “Uno tiene que darse la posibilidad de probar cosas distintas, más naturales Tener tu propia mermeladita es maravilloso y una buena jalea es glorioso y no cuesta nada. Hay que saber aprovechar los productos de la temporada que son más baratos. Uno puede lograr una muy buena calidad con precios bajos. Además se suma calidad porque uno también lo puede hacer a su gusto”, resalta Bramson. Los “básicos de excepción” que no pueden faltar en la cocina de la crisis son la salsa de soja, que aporta un grado de sofisticación a las comida, pimienta y nuez moscada -que resaltan un montón el sabor de la comida-, y el aceite de oliva que es un poco caro pero, como se usa para darle un toque de sabor, dura un montón. Bramson aconseja que antes de tener un aceto de no muy buena calidad es preferible tener un buen vinagre de vino. “Hay que pensar en los saborizantes, lo que resalta el gusto de las comidas y le da distinción a un plato. En este sentido, los plantines de hierbas propios que uno puede comprar en el vivero como el ciboulette, el tomillo, la salvia, menta y albahaca permiten que termines un plato con una pequeña decoración que hace que se vea más gourmet y den más ganas de comerlo.
Se pueden tener los condimentos en tu propia ventana”. Parte del secreto del éxito de este plan está en acertar con las compras y, ABC… sólo comprar lo que se consume así no se vence.“En época de crisis se toman medidas que tienen que ver con la racionalización del consumo, como hacer pan, comprar en mayoristas, comprar las cosas por separado como los copos y el yogur, en vez de el yogur con cereales –apunta Díaz Alarcón–. Estas mismas estrategias también tienen que ver con la innovación y probar cosas nuevas, donde el valor está puesto en cocinar algo casero, darle un toque artesanal a las comidas, y darse el pequeño gusto, una especie de paréntesis que te da fuerza para enfrentarte con el resto”.
NOCHE DE COPAS. Ante la recesión que asusta y aleja a los clientes y los pone cada vez más tímidos, los bares y restaurantes implementaron distintas estrategias. Una de ellas son los descuentos especiales como la extensión del happy hour 2X1. En Deriva (Dardo Rocha 2290, San Isidro) hay un 30 por ciento de descuento en mesas de mujeres de lunes a miércoles y el happy hour es de lunes a viernes de 17 a 21. En esta misma línea, de domingos a miércoles el restaurante de comida italiana Celetto (www.celetto.com.ar), ofrece un 50 por ciento de descuento en mesas de mujeres en todas sus sucursales (Barrio Norte, Unicenter y Martínez). En El Club de la milanesa (www.elclubdelamilanesa.com) el litro de cerveza es gratis con el pedido de delivery, las noches de domingo a miércoles hay un 20 por ciento de descuento en mesas para dos personas y si almorzás seis veces pagás cinco.
En 788 FoodBar (Arenales 1877) ampliaron su happy hour que era de 18 a 21, hasta las 24. Doppelgänger Martini, Bitter & Vermouth (Av. Juan de Garay 500) tiene una carta de tragos de 100 cocktails que hacen énfasis en la coctelería clásica y usan las mejores marcas de bebidas espirituosas y licores. Renovaron su menú clásico de tres pasos al que le bajaron el precio, agregándole una carta de platillos del tamaño de una entrada, económicos, variados y creativos. “Los clientes empezaron a pedir platos más pequeños para acompañar cada trago y nos adaptamos a la demanda del cliente que toma cóctel. Nos dimos cuenta de que estamos resistiendo a la crisis y quisimos darle una alternativa gourmet. Si bien los platos de la carta principal también bajaron de precio a un promedio de $17, esto no hizo que bajara el ticket porque al hacer que los precios sean más accesibles, también se consume más. El cliente que toma tragos no escatima y no le duele pagar $25 por un martini”, dice Stella Torres, una colombiana que fundó el bar junto a su pareja hace un año.
Una opción económica y no por eso menos divertida es armar la barra en casa. El bartender Mariano Ramírez, fundador de Placebo, una barra de coctelería premium, da unos tips infalible: “Si la gente hace las cosas en su casa seguramente gaste menos así que una buena idea es hacer varios tragos con un mismo destilado en vez de comprar muchas botellas de licores o destilados complicados. El vodka es la bebida blanca que más se mezcla porque su sabor es el más neutro de todos y lo podés mezclar con lo que quieras: con jugo de naranja hacés un destornillador, con pomelo un greyhound, un vodka tonic, caipiroska con lima y azúcar y hasta tragos más sencillos con gaseosa. El que le sigue es el ron. Si bien tiene más carácter porque está hecho a partir de la caña de azúcar, no es algo tan intenso para el paladar argentino, y se puede hacer cuba libre y daikiris con licuadora, azúcar y frutas de estación. Ya empiezan a aparecer las frutillas, están trayendo piñas importadas o se puede preparar el típico daikiry de limón”. Para aplicar estas opciones Ramírez recomienda el uso de destilados con una base de $35 porque los de menor precio son de mala calidad y afectan el sabor: “De una botella de destilado se pueden sacar entre 12 y 15 tragos que terminan saliendo más baratos que una cerveza”.
Un secreto para una reunión con amigos es preparar los propios hielos, porque es lo primero que se acaba. Antes de que lleguen todos, lo ideal es tener una bolsa en el freezer con varias cubeteras llenas desmoldadas de reserva. Además, Ramírez apunta que en los minimercados de barrio como manejan mucho volumen tienen buenos vinos que antes no era tan usual encontrar y buenos precios en general. “Bodega sobre ruedas” es otra propuesta de venta interesante para abaratar costos. Surgió hace dos años de la mano de Santiago Gutiérrez y Ariel Vázquez. Ellos le compran directamente los vinos a las bodegas o a distribuidores y llevan las cajas a domicilio. “En cuanto a los precios estamos más o menos igual o un poco más baratos que los minimercados de barrio, pero más allá de esto se le suma que los llevamos a domicilio”, dice Vázquez. Una de las propuestas que acercan viene de una bodega pequeña, Viña Ona, que presenta el malbec Selk´Nam, en bolsa hermética, adentro de una caja de 5 litros (sistema conocido como Bag in Box) con dispenser que se lo puede tener abierto por tres meses. Cuesta $ 70 y en roble un poco más de $ 80. Ideal para aquellos que se toman una copa antes de dormir. “Si bien notamos que en esta época bajó un poco la demanda de vinos de alta gama, de las otras líneas seguimos vendiendo más o igual que el año pasado porque la gente no quiere dejar de darse ese gusto. Para algunos el vino es un lujo y para otros un permitido”, dice Fernando Marcos, gerente de marketing de Bodega Norton.
A LA VUELTA DE LA ESQUINA. Desde el Hotel Panamericano con sede en Buenos Aires y Bariloche, armaron una serie de promociones “para que la gente pueda mantener su estilo y que en circunstancias un poco complicadas puedan acceder a los mismos servicios que en épocas holgadas”, según Matías Pérez Toscani, el gerente de marketing del Grupo Panamericano: “Lo que el año pasado costaba 4 mil dólares este año cuesta 4.859 pesos. Incluye aéreo y siete noches en el hotel para poder acceder a una semana de ski en plena época invernal”. Los martes y jueves Anita Alvarez de Toledo estará tocando en el lobby del hotel y los que accedan a este pack serán acreedores de una cena en Tomo I y en Tinto Bistró.
Para los que quieran hacer un plan distinto en Buenos Aires este fin de semana largo, o mismo los que quieran venir desde el interior, por 500 pesos por persona pueden disfrutar el spa del hotel de libre acceso y una sesión de oxigenoterapia, pileta climatizada y servicio de masajes. El Hotel boutique Craft (Nicaragua 4583) de sólo diez habitaciones, justo frente a la plaza Armenia, también bajó sus tarifas. “Esto se debe a la crisis tanto mundial como a nivel nacional que marca una caída importante en el turismo”, señala Belén Perlinger, gerenta del hotel. Las tarifas van de 90 a 120 dólares e incluyen acceso a Internet y el uso de bicicletas para recorrer el barrio. “La ubicación es inmejorable. La cuadra se caracteriza por ser muy tranquila, frente a la Plaza Armenia, pero al mismo tiempo se encuentra a metros de los mayores atractivo del barrio.” No todo está perdido con la crisis. Lo más importante: mantener la frente en alto. Y darse los gustos.
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