viernes, 13 de agosto de 2010

¿Será que sólo con reformas habrá crecimiento?

 

Por: Antero Duks

Diciembre / 2008

 

 Un mayor crecimiento económico repercute, como cualquier economista lo sabe, en un mayor bienestar para la población; sin embargo, no basta desearlo para lograrlo. Son necesarias una serie de condiciones que, más allá de ideologías y partidos, se deben alcanzar.

La desaceleración de la economía estadounidense ha reducido el crecimiento en casi todos los países subdesarrollados. No obstante, China, a pesar del estancamiento de Estados Unidos, creció en 2007 a niveles superiores al 11 por ciento; Chile, 5.9; y Brasil, 4.4, mientras México sólo un 3.2 por ciento. ¿Por qué?

La causa fundamental es que no hemos generado la suficiente inversión privada, pública y extranjera para sostener mayores niveles de crecimiento. El requisito indispensable para crecer más es una mayor inversión, y ésta no puede lograrse mientras exista la imposibilidad de dotar a México de una infraestructura jurídica más competitiva.

Más allá de revanchismos políticos y posturas ideológicas, son necesarias reformas en el aspecto laboral, fiscal y energético que nos permitan ser más productivos y competitivos internacionalmente.

En muchos países los partidos de izquierda, de centro y de derecha, como los casos de Chile o Brasil, discuten sobre programas gubernamentales, pero están de acuerdo sobre la constante modernización del entorno jurídico para incentivar mayores inversiones nacionales y atraer a los extranjeros.

El año pasado, por primera vez y a pesar de nuestra cercanía con Estados Unidos y el Tratado de Libre Comercio, Brasil nos superó en inversión extranjera. La causa: las reformas que en México todavía bloquea la izquierda ya se hicieron en Brasil por gobiernos izquierdistas.

Es una incongruencia que, por un lado, personajes y partidos políticos que se dicen de izquierda se opongan a la modernización de la legislación energética, laboral y fiscal, y por otro, pidan o exijan mayores crecimientos económicos.

El Programa Nacional de Financiamiento del Desarrollo (PRONAFIDE), recientemente anunciado, deja claro que para lograr crecimientos mayores al 5 por ciento es necesario aprobar, entre otras, la tan vapuleada por la oposición radical, reforma energética.

Lo extraño de esto es que en los foros, mesas de análisis, en los medios, y en fin en todos los lugares en donde "los expertos" hablan de este asunto nadie hace referencia que con el alto porcentaje de gente que holgazanea, estorba y/o impide el desarrollo sustentable del país. 

Los que se dedican a marchar, escandalizar y bloquear, además de que no producen nada,  por el contrario, le cuestan al país; y que además impiden a otros que trabajen, son los verdaderos responsables, no sólo del estancamiento del país, sino de su retroceso.  Seamos honestos y no le andemos buscando culpas en donde no las hay. 

Que las reformas son importantes, sí, pero de que servirán si seguimos siendo un pueblo en donde en donde el trabajo y producción nos importen un bledo, seguimos pensando que la Virgencita de Guadalupe va a hacer que nos llueva riqueza del cielo.  Cuando se aprobaron las reformas de PEMEX escribí, y lo sigo sosteniendo, de nada servirán mientras siga el dominio inexplicable de los líderes corruptos del Sindicato Único de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana, que han sido, son y seguirán siendo, mientras el Poder Legislativo lo siga permitiendo, amos y señores de la industria petrolera de nuestro sufrido país.



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