miércoles, 19 de noviembre de 2008

Me tocó ver el accidente

Fuente: Yoinfluto.com
Autor: Ignacio Vargas Gabilondo
noviembre de 2008
Desde un edificio muy cercano vi el accidente del avión en el que viajaba Juan Camilo Mouriño. Sólo puedo decirles que haber vivido la explosión que éste causó supera por mucho todo lo que presentan las noticias y lo que vieron unos minutos después quienes se acercaron al lugar.
El avión no venía incendiándose. Cayó a una gran velocidad. Como ya estaba obscuro muy pocos pudieron distinguir que era una aeronave. La onda expansiva estremeció los edificios cercanos cientos de metros. Se levantó una columna de fuego de más de 70 metros de altura y el humo negro se veía a través de la noche.
Los helicópteros que llegaron después pusieron en alto riesgo a todos los mirones y a la gente que iba al rescate, pues volaban unos sobre otros, todo por ganar información. Estar consciente de que debajo de esa columna de fuego había gente quemándose es lo que más me impactó.
Hubo muertos que con la explosión desaparecieron, los peritos no pudieron encontrarlos.
Análisis de causas del accidente
Estructura: Fallas en la aeronave por defectos de fabricación o carencia de mantenimiento adecuado.
El historial del Lear Jet 45 no muestra desplome alguno por defectos de fabricación o carencia de mantenimiento, pero siempre hay una primera vez.
Sistema motopropulsor: Daños o funcionamiento defectuoso por alteraciones en la lubricación o en el aporte de combustible.
Durante el vuelo la aeronave se reportó en buen estado y, según el peritaje, los dos motores se encontraban trabajando a alta velocidad en el momento del impacto.
Mantenimiento: Las más importantes son la falta de revisión de motores y otros componentes mecánicos de la nave, esto en función de las horas de vuelo y el número de aterrizajes.
Faltas al reglamento. Otro problema frecuente es el incumplimiento de las modificaciones y órdenes técnicas que indica la normatividad aérea.
En la última conversación con el piloto se le pidió que bajara la velocidad (esto puede ser una causa de accidente dentro de la causalidad múltiple, veamos), y es entonces cuando se pierde la conversación.
Esto indica que a partir de este cambio es cuando ocurre algo inesperado, el resultado del peritaje arroja que el jet cayó a una velocidad mayor a los 500 kilómetros por hora. Según el radar venía a una velocidad mucho menor y se le pidió que la bajara aún más. Entonces, ¿qué es lo que pudo haber sucedido?
Al bajar la velocidad necesariamente se deben reacomodar los alerones para continuar el vuelo sin perder altitud, si éstos por alguna falla mecánica no responden correctamente, pueden provocar una cuantiosa pérdida de altitud por la desaceleración.
La reacción natural de cualquier piloto sería volver a acelerar los motores para recobrar la sustentación o plano del avión, por esto es que se estrella a tanta velocidad y con un ángulo de 30 grados, y no a una velocidad que concuerde con la aceleración de una caída libre y un ángulo menor a los 30 grados.
Factores Humanos: Implican, en general, el estado físico y mental de los tripulantes. A través de la bitácora de vuelo los investigadores determinan la actividad que desempeñaban en el momento del percance y obtienen datos sobre su estado general.
Hasta la última conversación, segundos antes del impacto, el piloto se muestra en estado normal.
Existe una condición fundamental para que un accidente suceda y es:
Acto inseguro unido a un riesgo mecánico y físico. Se da en este accidente y hablo de la desaceleración que se le pide al piloto segundos antes del accidente, conjuntamente con el riesgo que ésta conlleva y que se une a un problema físico-mecánico en los alerones.
En otras palabras, aquí cabe la teoría de la causalidad múltiple, que también encierra un mantenimiento inadecuado.
Les dejo este video en donde se ve a un Lear Jet 45, aquí se distingue la importancia de los alerones al bajar velocidad y la importancia de las turbinas al despegue. Todas éstas arrojan humo al acelerar, algunas muy obscuro, como el que se vio.

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