viernes, 21 de marzo de 2008

A TU OIDO

Por: Emilio Galván-Duque Martínez
Invierno de 1918

.
Cómo menguar el ansia que siento de quererte,
Si para amarte, amada, mi corazón es fuerte,
Si tú, con una fresca pureza de leyenda,
Has ido colocando sonrisas en mi senda.
Si, cuando puse un pomo de frases en tu oído,
Tuviste el privilegio de haberme comprendido.

Cómo menguar el ansia que siento de quererte.

A veces la profunda tristeza de perderte
Me hace añorar el dulce fulgor de tus ojazos,
Que miran con la unciosa bondad de los abrazos,
Y siento la nostalgia de tu palabra queda
Que ha sido para mi alma como un plumón de seda.
Amada, me hace falta la idílica sonrisa,
Traviesa y juguetona, que entre tus labios glisa,
Con la alba transparencia de un hilo de agua pura
Que humedeciera el borde de una fresa madura.
Amada, me hace falta la espiritual esencia
Que puso sobre mi alma tu angélica presencia
Cuando iba deshojando mis versos a tu lado....!

OH mágico deleite, tan para mi desconocido,
De amar y ser amado.

Sentir el deliciosa rozar de un pensamiento
Que ha cabalgado al lomo fantástico del viento
Colmado del aroma lustral de tu cariño.
Pensar que tu palabra, más pura que el armiño
De un esquife alado que cruza la distancia
Dejando sobre todas las cosas su fragancia,
Tener a todas horas el corazón de hinojos
Ante la milagrosa belleza de tus ojos.
Hundir la frente mustia y ayuna de destellos
En la misericordia que ofrecen tus cabellos.
Mirar como se queda nuestro ferviente ruego
Temblando entre las ondas de su desasosiego.
Sentir, ante la euritmia del cuerpo adolescente,
El culto y el respeto sublimes de un creyente.
Tener, para el sendero sembrado de ilusiones,
Un palpitar constante de hermanos corazones
T un ramo de jazmines abiertos que lo alfombre.

A veces tengo ganas de pronunciar tu nombre.

¿Tu nombre?
Cuantas veces un fulgor del ocaso,
Cuando ibas por el parque, sonriente y paso a paso,
Con trazas sobre el suelo lo ha escrito mi paraguas
Al son del fatigado frufrú de tus enaguas ¡
Tu nombre transparente como el cristal de un vaso,
Es dulce a mis oídos y es suave como un raso ¡
El viento lo musita sobre las verdes palmas
Que son abanicos de las etéreas almas....
Y yo, con el respeto que inspiran los misales,
Sobre un augusto roble grabe tus iniciales.
Porque es el distintivo de todo amor ferviente
Ser puro, ser sincero, ser bueno y transparente,
Así como es del alba pureza de un cariño
Temblar ante el precioso secreto de un corpiño.

Amada, me maltrata tu extraña indiferencia.

Amada me maltrata....

Y es mi convalecencia
Sentir que van tus ojos poniendo sus fulgores
Sobre mi oscura senda; pensar que ya las flores
Que adornen sus recodos serán primaverales ¡
Sentir entre mis manos tus dos manos liliales
Con tus nerviosidades de un pajarillo preso,
Mientras se inunda el aire del resollar de un beso.

Que sean para mi alma como una buena hermana,
Amada, tiene muchos arcanos la mañana....

Cómo menguar el ansia que siento de quererte.

No hay comentarios: