jueves, 13 de marzo de 2008

Soy viejo

Por: Querien Vangal

Cuando este viejo ya no sea el mismo,
tenme paciencia y comprende;
recuerda que como te ves me vi
y como me ves te veras.

Cuando derrame comida sobre mi camisa y olvide amarrarme los zapatos, recuerda las horas que pasé enseñándote a hacer las mismas cosas. Si cuando converses conmigo repito una y otra vez las mismas palabras, que sabes de sobra como terminan, no me interrumpas y escúchame. Cuando eras pequeño, para que te durmieras, tuve que contarte miles de veces el mismo cuento, hasta que cerrabas los ojos.

Cuando estemos reunidos y sin querer haga mis necesidades, no te avergüences y comprende que no tengo culpa de ello, pues ya no puedo controlarlas. Piensa cuantas veces, cuando eras niño, te ayudé, y estuve a tu lado, pacientemente esperando que terminaras lo que estabas haciendo. No me reproches porque no quiera bañarme, no me regaños por ello, recuerda las veces que te perseguí y los miles de pretextos que inventaba para hacerte más agradable el aseo. Acéptame y perdón ame, ya que yo soy tu niño ahora.

Cuando me veas inútil e ignorante frente a todas las cosas tecnológicas que ya no podré entender, te suplico que me des todo el tiempo que sea necesario para tratar de entenderlas. Por favor, no me lastimes con tu sonrisa burlona. Acuérdate que yo fui quien te enseñó muchas cosas que entonces te asombraban.

Recuerda que el comer, vestirte y tu educación para enfrentar la vida tan bien como lo haces, es producto de mi esfuerzo, amor y perseverancia por ti.

En las ocasiones en que, al conversar, me llegue a olvidar de que estamos hablando, dame todo el tiempo que sea necesario hasta que yo recuerde, y si no puedo hacerla, no te burles de mi; tal vez no era importante lo que hablaba y me conforme con lo que escuchaste en ese momento. Si alguna vez ya no quiero comer, no insistas, yo sé cuando puedo y cuando no. También comprende que con el tiempo ya no tengo buenos dientes para morder, ni gusto para sentir. Cuando me fallen las piernas por estar cansadas de andar, dame tu mano tierna para apoyarme, como lo hice yo contigo cuando comenzabas a caminar con tus aún débiles piernitas.

Por último, cuando alguna vez me oigas decir que ya no quiero vivir y sólo quiero morir, no te enfades, algún día entenderás que esto no tiene que ver con mi cariño hacia ti, trata de entender que ya no vivo, sino sobrevivo, yeso muchas veces no es vivir.

Siempre quise lo mejor para ti y he preparado los caminos que has sabido recorrer. Piensa entonces que, con el paso que adelanto a dar, estaré construyendo para ti otra ruta en otro tiempo, pero siempre contigo. No te sientas triste o impotente por verme como me verás, dame tu corazón, compréndeme y apóyame como lo hice cuando empezaste a vivir; de la misma manera como te he acompañado en tu sendero, te ruego me acompañes a terminar el mío. Dame tu amor y paciencia, que te devolveré gratitud y sonrisas con el inmenso amor que tengo por ti.


Reflexión

En este mensaje hay dos visiones: la del padre hacia el hijo y la del hijo hacia el padre. Por un lado, la del padre que cuidó, protegió y educó a su hijo mientras no se podía valer por sí mismo y, sobre todo, le mostró continuamente su cariño, su apoyo ;; su generosidad a lo largo de la vida. Ese es un excelente camino para pasar de un padre, "mi querido padre", a un viejo, "mi querido viejo". Efectivamente, lo que siembra se cosecha. Así el hijo le tendrá cariño, paciencia, comprensión, admiración y apoyo, y, sin duda, acompañará a su padre en tránsito de esta vida hacia la otra. Papás jóvenes y jóvenes que van a ser papás algún día, lo que se siembra se cosecha. Estamos en el momento correcto para sembrar en nuestros hijos cariño, apoyo y generosidad. Por favor, hagámoslo así para cosechara tiempo su cariño, su paciencia, su comprensión, admiración y apoyo; recordemos que el vivir no sólo implica triunfar, sino también enriquecer nuestras vidas con el trabajo honesto, generoso y con cariño y respeto hacia los demás, en especial hacia nuestros padres y nuestros hijos.








No hay comentarios: