Por: Emilio Galván-Duque Martínez
Invierno de 1918
El viento de la tarde,
Modula su sinfonía.
De los claustros de un convento,
Surge un toque, una elegía.....
Surge un toque, suave, lento....
Es el alma misteriosa del convento.....
Es la sangre del oriente. La floresta,
Ofrece coloraciones.
Y la fronda, como orquesta,
Divaga murmuraciones.......
Distiende pompa, su Vesta........
Es el alma, alegría incontenible, de una fiesta.
Yo el misterio....
Yo la rima de un salterio....
Yo el dolor, el cementerio.....
........y, ¿tú, niña?
- yo, la reina, de la fiesta......
la alegría de la floresta.
viernes, 21 de marzo de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario