jueves, 14 de enero de 2010

No nos hagamos locos…

 

Por: Fernando Sánchez Argomedo

jueves, 14 de enero de 2010

 

"Lo falso por más que se repita millones de veces JAMÁS será verdadero"

 

No nos hagamos locos, el problema real de lo que estamos viendo se llama confusión y su explicación tiene origen en el relativismo. Cuando ya no somos capaces de razonar y de comprender las cosas desde sus raíces y nos dejamos llevar por el camino fácil derivado de lo que "se dice que dicen" perdemos completamente la brújula de nuestro entendimiento y comenzamos a debatir lo que no tiene ni siquiera tiene sentido cuestionar.

 

Los seres humanos hemos perdido la capacidad de hacernos preguntas inteligentes sobre lo que sucede en nuestro entorno y el sentido común ha perdido en gran parte todo el "sentido".

 

Es por ello que no tendríamos por qué dudar sobre qué criterio aplicar cuando hablamos de homosexualidad, bisexualidad, lesbianismo, pedofilia o cualquier tipo de conducta que rebase por mucho la verdad sobre la naturaleza y la verdadera esencia o razón de ser del ser humano.

 

Por ahora creo que la mayoría de los seres humanos estamos seguros de que la zoofilia o el bestialismo (relaciones sexuales entre seres humanos y animales) es una completa aberración y no hay necesidad de cuestionarlo ni tampoco de crear algún movimiento pro comportamientos de este tipo.

Siguiendo la tendencia actual de la humanidad nadie nos garantiza que el relativismo pudiera llevarnos en algún momento a cuestionar leyes que promovieran o defendieran este tipo de anormalidad.

 

Igual pasaba hace algunos años cuando se hablaba de las conductas homosexuales, sin embargo hoy estamos en un debate social sobre si se debe o no dar oportunidad a que este tipo de conductas sean defendidas legalmente, y no sólo eso, sino que además puedan cuidar en el seno de esa relación a un niño que está en vías de conocerse y de definir su propio carácter y misión en la vida.

 

La naturaleza es muy sabia, y así como de una relación desordenada entre un ser humano y un animal es imposible la procreación, de la misma forma la relación desordenada entre dos seres humanos del mismo sexo jamás podrá procrear a otro ser humano.

 

Siguiendo el razonamiento tendremos que preguntarnos por qué si la naturaleza es tan sabia nosotros tenemos que crear "verdades" conceptuales que no tienen una conexión con la realidad.

 

La ciencia hoy nos acerca tanto a la verdad del ser humano que cada día nos maravilla más lo que somos, es por eso que hoy podemos ver el milagro de la concepción casi en vivo y a todo color. Dos células (sólo dos células), una proveniente exclusivamente del varón, llamada espermatozoide, y otra proveniente exclusivamente de la mujer, llamada óvulo (esto es así desde que el ser humano es ser humano).

 

¡Una gran pista que nos da la naturaleza! Son sólo dos células una exclusiva del hombre y el otro de la mujer, es claro que no hay células indefinidas, ni tres, ni cuatro, sólo DOS. ¿Acaso tendríamos que discutir si son dos tipos diferentes o son cuatro? ¿Si provienen del sexo masculino o del femenino? Me parece que realmente estaríamos perdiendo nuestro tiempo, aunque no dudo que haya alguien que pueda poner en duda, bajo una concepción relativista si esta verdad indudable no es verdad.

 

Ese maravilloso regalo de la vida de un nuevo ser humano que comienza a partir de la unión de esas dos células (espermatozoide y óvulo) tiene muchos momentos cruciales, como son la multiplicación de esas células y la configuración conforme a ese nuevo código genético de un ser humano, completo con su propia identidad único e irrepetible, y que tiene un sello particular; otro reto que tiene la supervivencia en el hermoso y milagroso vientre materno (la cuna de la humanidad) que lo alimentará subsidiariamente hasta el momento en que esté listo para salir a la luz del sol.

 

Su código genético lo determinó con claridad y en la inmensa mayoría de los casos, si no hay un accidente de por medio, las características físicas que fueron definidas por el espermatozoide, que es quien define el sexo, dejarán perfectamente claro si ese nuevo ser humano es mujer o varón. Otra maravillosa pista que nos da la naturaleza humana.

 

No podemos olvidar que el ser humano es complejo y en su cabeza se comienzan a formar, desde su infancia, conexiones sinápticas que junto con su información genética heredada van configurando su carácter. Entre esa gigantesca red de conexiones se esconde el don que nos permite ser unos seres capaces de autoreflexionar, y de determinar mediante nuestra inteligencia y nuestra voluntad el camino a elegir para ejercer nuestra libertad.

 

La única manera de ser libres es siguiendo nuestra naturaleza a pesar de las dificultades que podamos encontrar en el camino. De ahí lo ejemplar de aquellas personas que por accidente, ya sea genético o físico, se sobreponen para cumplir con una misión determinada por su tiempo de existencia en este planeta.

 

No podemos ignorar la verdad sobre nosotros: quiénes somos, a dónde vamos y cuál es nuestra responsabilidad, so pena de acabar con nuestro entorno (la ecología) y nuestra especie (la raza humana). De ahí que esta lucha no es contra las personas que padecen la homosexualidad, sino contra los errores humanos de malinterpretarla, engañando con lo falso al esconder propósitos materialistas y de corto plazo.

 

¡Si quieres la paz, respeta tu propia naturaleza y lucha por que sea respetada!

 

 
«El hombre sin honra peor es que un muerto»

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